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Andorra Andorra · Andorra la Vella
Voto de directorscut:
8
Acción. Romance. Drama Li Mu Bai, un legendario experto en artes marciales, ha decidido dejar en herencia su espada mágica, la Espada Celestial, a su mejor amigo. Además, le pide a Yu Sha, una poderosa guerrera de la que está enamorado, que custodie la espada hasta que llegue el momento de entregarla. (FILMAFFINITY)
9 de diciembre de 2009
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ang Lee se le caracteriza por ser un director intimista, todo un artesano humanista que dota a todos sus trabajos de una sensibilidad incomparable con lo que se haya visto jamás. La propuesta de Lee era, además, arriesgada. ¿Podría el público aceptar o comprender la expresión de un mensaje de un film hecho con carácter puramente oriental? Por suerte, se ha hecho patente la madurez del público con los años, y sí, “Tigre y Dragón” resultó siendo una grata sorpresa que casi eclipsó a la luz de otro film épico de aventuras que fue su mayor adversario, “Gladiator”, de Ridley Scott.

Es fácil caer ante el encanto de esta película, su misticismo oriental es de lo más atractivo. Como en muchos films de este tipo, lo importante no es precisamente su historia, bastante simplona, sino su ejecución, con un aire tranquilo y pausado, como si estuviera en armonía. La trama gira en torno al poder mágico de una espada, que es el deseo de ser la posesión de todo tipo de personajes. Por dicha espada, se librarán batallas, se derramará sangre y se tomarán medidas desesperadas. Sus batallas, representadas prácticamente en su totalidad en duelos de armas blancas son espectaculares. Sus coreografías son pura belleza del lenguaje corporal, y siempre están acompañadas de unos paisajes de ensueño. Los personajes se mueven como si se trataran de hojas de un árbol movidas por el viento. Su gracilidad es, además de hermosa, algo inusual y único. Sin embargo, la belleza e impresión de las batallas pueden ser un arma de doble filo. Y es que hay gente que puede que no soporte su estética. La costumbre de ver a los contrincantes flotar en el aire y realizar acrobacias imposibles no es vista con bueno ojos por todo el mundo, incluso yo soy un tanto reticente, no me importa demasiado a no ser que esté demasiado exagerado. Por suerte, aquí estamos ante un caso que ambas partes quedan bien mezcladas, el espectáculo es increíble, pero no tan inverosímil como cabía esperar.

Es un loable y sencillo film de aventuras que tiene el defecto de querer ir un poco más allá. Hay una prolongación del todo innecesaria de su metraje que acusa en sus personajes, y en sus motivaciones, tan míticas y fantasiosas como algunas de sus batallas. Pese a que dichas escenas sean un tanto necesarias para obtener algo más de la personalidad de los personajes, aspecto que no es muy fácil de abarcar en su tímida y simple historia, se tiende a alargar demasiado el concepto, incluyendo una serie de misticismos o “McGuffins” a ciertos elementos para que cobren una cierta importancia en su trama, y realmente ese aspecto era del todo prescindible. Ang Lee no se conforma con mostrar todo un poema visual, trata de añadir una gran dosis de misticismo y de trascendentalismo oriental que aunque goce de simpatía y de buena aceptación por su curiosidad, no era necesario tender a remárcalo tanto. Es un espectáculo altamente entretenido, pero podría haberlo sido mucho más.
directorscut
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