Al igual que pasaría con "Sólo ante el peligro", esta película tiene la intención de mostrarnos el lado más conservador, arcaico, patético e hipócrita de la sociedad estadounidense. Pese a que estoy tratanto de describirlo con la máxima suavidad posible, es chocante la cantidad de alimaña humana que aparece durante todo el metraje y que aún hoy en día podemos encontrar en nuestras calles cuando vamos por las mañanas a comprar el pan.

La historia se centra durante un sábado por la noche, en un pueblo de mala muerte de Texas cuando un joven preso (Robert Redford) se ha fugado de la cárcel. Los ciudadanos del pueblo reaccionan ante tal notícia atemorizados, o celebrando sus fiestas emborrachándose, tomándose la justícia por su patética mano o haciendo todo tipo de maquinaciones y manipulaciones para defender sus intereses ya que estos se encuentran en peligro con el preso en libertad. El sheriff del pueblo (Marlon Brando), deberá atrapar al preso enfréntandose en el marco de una sociedad completamente estúpida e hipócrita que se creen que el agente de la ley está solamente al servicio del mejor postor.

Estamos ante una arrolladora y desgarradora película que nos muestra la auténtica y a la vez, patética condición social todavía latente. La cinta hace un exhaustivo ejercicio de la falta de humanidad por parte de la gente y de su ausencia total de razocinio y de cordura, que les hace comportarse la mayoría de veces de forma espérpentica, grotesca, rídicula y sin sentido alguno. Los acotres están muy bien, todos consiguen estar horripilantemente bien en la pantalla. A destacar, como no, la titánica actuación del gran Marlon Brando. Estamos ante una de las obras más destacables de Arthur Penn, como lo fuere su "Bonnie & Clyde", cuya visión es altamente recomendada para pasar un gran rato de cine auténtico o para poder ver lo patética que resulta ser la sociedad sin necesidad de salir de casa.