¿Quieren pasar unas dos horas y media inolvidables? Pues no lo duden y vean este increíble western, pues quizá sea de los mejores que vean en su vida. Estamos ante una de las obras más destacables del gran Howard Hawks, que dispone de una historia de lo más viva y entrañable y con unos personajes que cojemos interés y simpatía por ellos des del primer minuto en que aparecen.

Como es típico del género, la trama roza la extrema sencillez, el sheriff (John Wayne) de una pequeña ciudad trata de reunir refuerzos para poder custodiar a un asesino que tiene como prisionero en la cárcel ante los intentos de su hermano por rescatarle. Ante la causa del sheriff se unirán un increíble pistolero y ayudante del sheriff en el pasado, pero ahora dominado por el alcohol (Dean Martin) y un joven cazarecompensas totalmente entregado en lo que hace (Ricky Nelson).

La película puede presumir de tener unos personajes inolvidables, junto a una preciosa fotografía que hace que nos sumerjamos en la cinta des del primer instante gracias a su increíble e inigualable ambientación. Pese a su larga duración, la película transcurre con una velocidad alarmante, con momentos realmente intensos e increíblemente bien ejecutados. Hawks nos lega uno de los mayores westerns jamás realizados en la historia del cine que no ha perdido ningún ápice de calidad. De obligada visión para todo aquel que se considere un cinéfilo.