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Voto de XiMeT:
9
8,2
23.669
Drama. Terror
En un circo lleno de seres deformes, tullidos y personas con diversas amputaciones, Hans, uno de los enanos, hereda una fortuna. A partir de ese momento, Cleopatra, una bella trapecista, intentará seducirlo para hacerse con su dinero. Para lograr su objetivo, traza un plan contando con la complicidad de Hércules, el forzudo del circo. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el celuloide, los escenarios circenses siempre han guardado una estrecha relación con el género de terror, y como tal se nos ha presentado siempre esta película. Pero “Freaks” no es una cinta de terror al uso, que nadie se engañe, “Freaks” es, más bien, una cinta sobre el terror.
El terror, la aprensión por aquello que es diferente, es uno de los mayores males de los que se aqueja el mundo; es capaz de sonsacar la vileza y las miserias del ser humano, de enfrentarnos de las maneras más cochinas y xenófobas a nuestros semejantes. Lo diferente se suele presentar como algo desconocido, y lo que no conocemos nos causa pavor; nos obstinamos en salvaguardar nuestra supuesta integridad e identidad de maneras violentas y mezquinas y ni mucho menos queremos formar parte de ello. Lo marginamos.
“Freaks” nos mete entre los bastidores del mundo circense para presentarnos una alegoría de esto mismo.
La historia del cine contemporáneo está repleta de homenajes a este clásico, pero hay que recordar cómo fue castigado por la crítica y por su propia productora, primero recortando metraje, luego cambiando el final* y finalmente dejándola expuesta a perderse entre los renglones del tiempo hasta bien pasado mediados del siglo XX. Por lo visto la gente prefirió mirar hacia otro lado ante su mensaje; y en su denuncia fue víctima de aquello que querellaba.
El terror, la aprensión por aquello que es diferente, es uno de los mayores males de los que se aqueja el mundo; es capaz de sonsacar la vileza y las miserias del ser humano, de enfrentarnos de las maneras más cochinas y xenófobas a nuestros semejantes. Lo diferente se suele presentar como algo desconocido, y lo que no conocemos nos causa pavor; nos obstinamos en salvaguardar nuestra supuesta integridad e identidad de maneras violentas y mezquinas y ni mucho menos queremos formar parte de ello. Lo marginamos.
“Freaks” nos mete entre los bastidores del mundo circense para presentarnos una alegoría de esto mismo.
La historia del cine contemporáneo está repleta de homenajes a este clásico, pero hay que recordar cómo fue castigado por la crítica y por su propia productora, primero recortando metraje, luego cambiando el final* y finalmente dejándola expuesta a perderse entre los renglones del tiempo hasta bien pasado mediados del siglo XX. Por lo visto la gente prefirió mirar hacia otro lado ante su mensaje; y en su denuncia fue víctima de aquello que querellaba.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Gran parte de la película transcurre en términos cómicos, presentándonos a los monstruos de la farándula de manera amigable: sus rutinas, sus historias y hasta sus anomalías y extravagancias. Nos acerca a su mundo. Nos ayuda a empatizar con ellos. Se suceden así escenas casi hilarantes en las que pasamos, de reírnos de los freaks —y la primera escena en el bosque vigoriza tal predisposición—, a reírnos con los freaks. Pero poco a poco se va esbozando el conflicto: la repulsión a lo diferente; y el drama, nutrido de las premisas argumentales que se han ido presentando, va haciéndose un hueco en la trama, apartando paulatinamente la comedia hasta erigirse como dueña y señora de la cinta. Se saca a relucir a la sazón el rechazo cruel a aquello que se desconoce, canalizado en principio a través de la mofa y rematándose con puro odio. Para entonces el espectador es ya cómplice de la víctima, su mundo ya no les es desconocido, y toda ofensa hacia el bando humillado es tachada de irracional.
De esta manera se presenta el dilema al público: sin dicha aproximación que ocupa gran parte del metraje, ¿seríamos capaces de no sentir aversión al arrimo real de ese cúmulo de personajes? ¿Quién es el monstruo?
Éstos, por su parte, asqueados y hasta desquiciados por las vejaciones contra su gente, no dudan en tomarse la justicia por su mano con medidas desmedidas. Ya se sabe, la violencia engendra violencia. A buen seguro, nadie que haya visionado la tormentosa escena final, conseguirá sacarla de sus recuerdos. En ella es donde realmente se glorifica el género de terror y donde se consuma la alegoría.
*Se dice que en el final original de 1932 se puede escuchar a Hércules con un tono de voz afeminado dando a entender que los freaks se quedaron con lo más sagrado del forzudo.
Por cierto, ¿soy el único que no pudo dejar de pensar en Loquillo a cada aparición de Hércules?
De esta manera se presenta el dilema al público: sin dicha aproximación que ocupa gran parte del metraje, ¿seríamos capaces de no sentir aversión al arrimo real de ese cúmulo de personajes? ¿Quién es el monstruo?
Éstos, por su parte, asqueados y hasta desquiciados por las vejaciones contra su gente, no dudan en tomarse la justicia por su mano con medidas desmedidas. Ya se sabe, la violencia engendra violencia. A buen seguro, nadie que haya visionado la tormentosa escena final, conseguirá sacarla de sus recuerdos. En ella es donde realmente se glorifica el género de terror y donde se consuma la alegoría.
*Se dice que en el final original de 1932 se puede escuchar a Hércules con un tono de voz afeminado dando a entender que los freaks se quedaron con lo más sagrado del forzudo.
Por cierto, ¿soy el único que no pudo dejar de pensar en Loquillo a cada aparición de Hércules?