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Voto de Chris Moltisanti:
9
Comedia Harry Hinkle, un cámara de televisión, está transmitiendo un partido a pie de campo, cuando sufre una conmoción cerebral a raíz de un choque fortuito con un jugador de fútbol americano. A pesar de que se trata de una lesión sin importancia, su cuñado Willie Gingrich, un abogado sin escrúpulos, le propone fingir una grave lesión con el fin de cobrar una sustanciosa indemnización. Al principio, Harry se muestra reacio, pero acaba ... [+]
11 de marzo de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El otro día vi un clásico. ¡Ala!! ¡¡Blasfemo!! ¡¡El blanco y negro para la vestimenta del madrí!!!
Bueno, a veces uno cae en la tentación.... No todo va a ser paladar tan delicado como Torrente y Condemor y todas esas comedias tan exquisitas.

Muchas comedias clásicas, por el mero hecho de serlas, ya se ensalzan y pasan a la posteridad como grandes obras. Pero o bien porque tienen una temática de moda (de la época) o un sentido del humor caduco y no envejecen nada bien, o bien que ni siquiera en su estreno eran aquella obra que se presumía de ellas; Sólo que el tiempo y la crítica las va idealizando y encumbrando. Conozco muchos ejemplos.

Pero eso no pasa con la mayoría de películas del maestro Billy Wilder , cuyo sentido del ritmo, de la acidez , de la comedia con sustancia, no queda nunca desfasado.

En bandeja de Plata o su título original “Fortune cookie” (de galleta de la suerte a bandeja de plata hay un trecho, debido a la “pequeña” licencia que se toman siempre los traductores, pero de eso se podría hablar largo y tendido.. ) es una comedia hilarante, corrosiva, con diálogos punzantes a la altura de la célebre “El apartamento”, con el mismo perdedor Jack Lemmon, y su extraña pareja y eterno compañero de fatigas Walter Matthau.

Ambos son cuñados, y el primero como auxiliar de cámara filmando un partido de fútbol americano resulta lesionado. Ahí entra Matthau, un cínico y jeta abogado que intenta conseguirle una millonaria indemnización al hermano de su mujer. Éste no es el mismo tipo de letrado que interpretaba magistralmente Charles Laughton en otro gran clásico de Wilder ”Testigo de cargo” , pero también es bastante carismático y con chispa.

Memorable la escena de Walter Matthau en el bufete, regateando con los abogados de la prestigiosa firma , haciéndoles sudar ríos de tinta para conseguir una justa indemnización. El final tampoco tiene desperdicio con el jugador Bum bum Jackson y Lemmon en el campo de juego.

Quizás, el Sr. Wilder dominaba mejor el género de la comedia, porque en mi opinión, el “Crepúsculo de los dioses” y “Perdición” no me parecieron para tanto. No obstante está claro que las obras de Billy Wilder nunca puede decirse que estén sobrevaloradas , fueron, son y serán así de buenas. Y apenas se ponen rancias ni duras. Como las tradicionales galletas de la fortuna.
Chris Moltisanti
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