En el universo Von Trier, el planeta Melancolía se cierne sobre la cabeza de Kirsten Dunst en plan novia desquiciada y le llueven los premios... incluido el Goya a la mejor película extranjera 2011.

Cortés-Cavanillas no hace una película tan cara, ni tan redonda, ni tan estética, ni tan premiada... pero la terapia que nos propone es más cercana, menos danesa... una terapia que no pretende transplantarnos su depresión porque su mirada es amable y sincera...

La apuesta es valiente, el guión de los Díaz notable, y todas las interpretaciones sobresalientes. Aún así destacaría:

- la sorpresa de los dos protagonistas, Godino y Etxeandia, frescos y convincentes.

- la fuerza de Ruth Díaz, emocionante y poderosa. Se come la pantalla en cada plano.

- Ingrid Rubio ya nos tiene acostumbrados a su bienhacer. Aquí no decepciona.

- y Hovik Keuchkerian, este libanés castizo donde los haya, que acapara por igual cuadriláteros, escenarios y platós... y que borda los personajes como entreteje sus escritos... Aquí brilla de nuevo. Crea y crea bien entre el humo de exquisitos cogollos y su fea...

En definitiva, un drama que deja un excelente sabor de boca.