Nueva entrega y de nuevo con resultados paupérrimos de uno de nuestros actores favoritos en el género de la acción y las artes marciales, Savage Dog.

Película mediocre y de bajo presupuesto dirigida por el chapucero Jesse V. Jhonson, director de otras basurillas como “Entrega peligrosa” por ejemplo y acompañando a Scott Adkins podemos ver a Marko Zaror (Invicto 3) y a Cung Le (The Grandmaster) como villanos secundarios.

Ojo al “chocho” de guión, Indonesia años 50, tras la salida de los franceses y antes de la entrada de los norteamericanos, la región vive en un descontrol y en este contexto situamos un campo de trabajo que es liderado por criminales nazis donde se lucran con combates ilegales de sus presos, uno de ellos es nuestro héroe, que es un miembro del IRA que a su vez le persigue un agente británico y que no sabemos cómo narices a acabado allí… ¡TOMA YA!, esperad, que me falta por deciros por si ya no era suficiente, que en este revoltijo metemos a un tío de la División Azul con nombre francés y una navaja con la que Curro Jiménez hubiera llorado y a una autóctona que regenta un bar junto a su jefe y protector negro. APLAUSOS por favor, ¡si señor!, un guión digno de un loco, un tío con un sentido del humor sobrehumano o que toma cosas prohibidas.
Pasando del guion que normalmente nos la pela en estas películas, nos centramos en la acción, las peleas son correctas, no son muy espectaculares y las ensaladas de tiros diría que no están muy bien coreografiadas y les falta ritmo. En los años ochenta y noventa había muchas películas de este tipo que tenían un nivel de entretenimiento muy superior al que hoy se suele hacer, en esta película encontramos un revoltijo de películas clásicas, esas peleas del principio al estilo “Lionheart” o esas secuencias finales de batalla campal a lo “comando” o “Desaparecido en Combate”, pero todo ello peor, bastante peor y sin ese carisma.