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Voto de FATHER CAPRIO:
8
Romance. Drama. Aventuras Katrin es una atractiva mujer que realiza un viaje por China mientras atraviesa una etapa de soledad. Decide casarse con el doctor Walter Fane, pero éste, debido a su profesión, no puede dedicarle mucho tiempo a su esposa, y ella comienza un romance secreto con un amante. (FILMAFFINITY)
25 de enero de 2009
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tiempo actual difiere mucho de aquel en que la Garbo estrenaba sus películas, pero lo que no ha cambiado es ese halo de misterio que la acompañaba. En El velo pintado encontramos también a la Garbo misteriosa pero al propio tiempo parece desvelarnos su lado humano y, a diferencia de otros trabajos suyos, nos encontramos de frente más con la mujer que con la diosa. En Grand Hotel era la divina. También en Ninotchka. En cambio en El velo pintado, del mismo modo que nos sucede en La reina Cristina, vemos a la mujer, la que siente, la que necesita sentirse amada, a la sueca en busca del fuego vital e imprescindible.

Y eso que la cosa empieza un tanto ñoña, con un cierto olor a Mujercitas, bodas, familia, padres despistados, madres a la antigua y sobre todo sueños de juventud, muchos sueños. Sueños de libertad, de lugares exóticos y de amores tan intensos como los de la clásica Verona. Pero pronto descubrimos que la película no va a desfilar por estos derroteros, sino que el inicio no es más que un punto de referencia con el que contrastar la realidad. El marido demasiado ocupado, la mujer demasiado sola, el diablo que sopla, las brasas que arden... Ya saben. La vida misma.

Y como fondo de pantalla la China milenaria, la del embrujo, la de los dragones, la de los bazares donde enamorarse. La China donde vivir un cuento de hadas que, como todos los cuentos de hadas se deshace al acabar la noche. Y el día vuelve a imponer sus corduras, sus reglas de juego, sus convencionalismos, sus qué dirán. ¿Y el amor? ¿Y las promesas? Se quedaron en el bulevar de los sueños rotos.

Es entonces cuando surge la Garbo, la verdadera Garbo, la que me parece una de las grandes artistas de todos los tiempos dando la justa y verdadera dimensión humana a su personaje. La obra base de Somerset Maugham ayuda y mucho. Pero Greta se nos hace divina por la humanidad que le infunde al personaje. A su lado, la interpretación de Herbert Marshall siendo magnífica queda minimizada. A esto se le llama, la fuerza de la diva.

Luego vendrán remakes, o si lo prefieren, otras versiones de la misma obra literaria que estarán muy bien. Pero esta versión es imprescindible.
FATHER CAPRIO
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