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Voto de FATHER CAPRIO:
7
Cine negro Joe Sullivan está deseando salir de la prisión, en la que ha ingresado en lugar de su colega Rick que, por si fuera poco, le debe 50.000 dólares.
20 de mayo de 2009
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anthony Mann nos deja un buen trabajo de auténtico cine negro. El negro, en términos cinematográficos no es un género fácil de definir. Es cierto que hay algunos parámetros típicos y tópicos, como por ejemplo los detectives tipo Marlowe especialmente en su versión Bogart, ambientes gansteriles generalmente asociados a tramas de droga, licor o juego, las vamp de turno capaces de arrastrar a la perdición a más de uno, los contrastes lumínico fotográficos o la ambientación urbanita tipo Los Ángeles o similar, son algunas de las notas distintivas. No es precisa unanimidad en cuanto a la presencia de todos estos rasgos pero su abundancia suele ayudar bastante y resulta inversamente proporcional a nuestra capacidad de pestañeo. Es decir, a mayor número de elementos genuinamente noir menor movilidad ocular.

Bueno, pues todo esto y mucho mas, lo sabía Mann cuando realizó Raw deal, traducida como Venganza justa y donde, descendiendo del plano teórico al de las realidades, nos encontramos con dos vamps en vez de una. Es cierto que no son vamps de las de rompe, rasga y te vas a enterar… No. Son vamps buenas, de las que chupan poquito la sangre y hasta tienen su corazoncito. Y además son dos. Y si les digo que se trata de Marsha Hunt y especialmente de Claire Trevor. ¿Qué me dicen?. Repasen, repasen…, Claire Trevor, La Diligencia, Cayo largo…, mucha Claire. Su mutuo encuentro en la sala de espera carcelaria es para nota. Todo un acierto de Mann. Desde un primer momento los espectadores sabemos con quien nos estamos jugando los cuartos. Dos mujeres cada una con sus razones y sus poderes a la caza del hombre. El eterno juego y la eterna disyuntiva entre la ficticia opulencia del delito y la dura realidad de la honradez. Una es Claire, la otra Marsha.

Ya les he insinuado como quien no quiere la cosa por donde van los tiros. Si a esto le suman la presencia de un Raymond Burr que estamos acostumbrados a ver practicando la extensa lista de delitos del código penal americano, muy probablemente en preparación de su papel por excelencia cual sería el abogado Perry Mason y de Dennis O,Keefe, semidesconocido pero buen actor, pues sin contar les he contado de que va esto. O al menos seguro que les he metido un tanto el gusanillo en el cuerpo por esta película. Sinceramente, la recomiendo.
FATHER CAPRIO
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