Yorgos Lanthimos es un mago. Aunque este no ha sido su mejor show, por muchas nominaciones que tenga.

Cada película suya debe ser desencriptada, sólo que por esta vez el mensaje está preñado de vulgaridad. No es lo que ocurre, es la poca delicadeza a la hora de estamparlo. Una vez más soy víctima de trailer-engañador que me hizo creer que estaba ante un "Adiós a la reina" y me encuentro con un "Chúpale la almeja a la reina" salteado con las gelatinosas nuevas tetas de plástico de la Weisz en su papel más despreciable desde "El mago de Oz", siendo Emma Stone el último baluarte para que la absurda película no se hunda hasta el lodo.

La reina Ana de Inglaterra, aquejada de una gran gota y sobrepeso, al igual que su antepasado en el trono Enrique VIII, es una bola de billar llena de deseo pecaminoso e instinto más servil que real.
La lucha de las fieras para ganar sus favores y con ello su caché en la corte están a la alza.

Weiz y Stone tienen una gran lectura juntas, sus escenas son lo único salvable de este despropósito que no cuenta....y cito literalmente nada, nada más de lo que tú te puedas imaginar quizás diría un maestro de la vanguardia.
No entender esta peli no significa que seas retrasado, sino que simplemente no te ha gustado.
A mí no me ha gustado. La química entre Nicholas Hoult y Emma Stone ha sido desaprovechada, y tanto, que da vergüenza, tomando su lugar como un Joe Alwyn aburrido y follarín que en ningún momento ha significado nada para la película. Imprescindible.
Lanthimos no le ha sacado a los personajes ni un cuarto del jugo que tienen. Magnificamente caracterizados, ha faltado la chispa para darles vida, y todo con cuanto te quedas son con las marionestas de Gepetto antes de que el hada azul les diera vida, siendo meros personajes planos, sin más profundidad, de nuevo, que la que le quieras otorgar.
Película subjetiva, personal. Por eso no le pongo un 2 como una casa, porque no sería justo.
El patetismo de la reina ha sido exacerbado, la narración adolece de emoción, o de catarsis, nunca ocurre por eso quizá no llega.
El dolor y la desesperación son hermosos en el cine dramático cuando se expresa con buen gusto y sinuosamente, no con todo el potorro al aire, vulgar. Es una gran película vulgar, con un buen reparto, una pena.