Cada cierto tiempo nos encontramos con determinadas películas que, bien por la promoción que le hacen, o bien por confusiones alentadas por ejemplo por Filmaffinity y entornos similares, en las que en el género las califican como "Terror", nos quieren vender una moto, cuando realmente lo que nos dan es una bicicleta.
Me refiero a películas como "El bosque", de Night Shyamalan, "La bruja", y otras tantas que a mi querido lector se le vendrán a la cabeza, las cuales nos vendieron como películas de terror, de miedo, y de quitarnos el sueño por la noche, disparando nuestra adrenalina.
Bien, estas no son malas películas, pero dejen de engañarnos por favor, porque lo que consiguen es que los espectadores que acuden al cine buscando ese terror, ese miedo, se van a ir enfureciendo a medida que corre el metraje de la película, y la van a poner a parir. Van a salir del cine indignados, no porque la película sea mala, sino porque acaban de ver una película equivocada.
Dicho todo esto, creo que he dejado claro que no se trata de una película de terror. Hay suspense, secretos, una trama conseguida, elaborada, pero sobre todo, hay un misterioso drama familiar.
Y como misterioso drama familiar la cinta no está nada mal, se cuece a fuego lento, te llevas algún ligero susto, en contadísimas ocasiones, eso sí, pero al final nos encontramos con un rico plato que te sorprenderá al paladar.
En cuanto a las cuestiones técnicas, no está mal; tiene buena fotografía, escenarios muy atractivos, tanto en interiores (la mayoría) como unos bellos exteriores. La música es discreta, nada memorable, pero acompaña bien el plato. En cuanto a unos jovencísimos actores, no lo hacen nada mal, sin ser merecedores de ningún premio, están bastante correctos y resultan creíbles.
En resumidas cuentas, si vas buscando una película de terror y descargar adrenalina, no vayas al cine porque te vas a ir decepcionado. Si quieres ver un interesante y misterioso drama familiar, adelante. Pasen y vean.