"El apóstol":
Desea transmitir, pero su onda es demasiado débil.
El desasosiego inicial, acertado, decae hasta generar cierta apatía.
Los personajes, demasiado encorsetados, no convencen -incluyendo al protagonista, con cara de mala hostia durante todo el metraje-.
El argumento se diluye y pierde su atractivo original al querer mezclar churras con merinas.
El final no es previsible, es absurdo.

Resumiendo, con esta temática y sin adornos, otros hicieron virguerías ( El hombre de mimbre - 1973).