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Voto de Easter Mill:
8
6,9
45.307
Acción. Thriller
Bryan Mills (Liam Neeson) es un agente especial jubilado. Pero cuando su hija Kim (Maggie Grace) es secuestrada en París por una organización criminal albanokosovar, tendrá que volver a la acción para intentar salvarla. La banda se dedica a una red de trata de blancas, por lo que Mills sabe que sólo dispone de unas horas para conseguir rescatarla antes de que se pierda el rastro de su hija. (FILMAFFINITY)
29 de julio de 2009
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinopsis:
Liam Neeson (papá) viaja a París, mata a un par de tipos, le echa un par de huevos tremendos con unos mafiosos, mata a otros cinco tipos, se ríe de la poli francesa, mata más tipos malos, mata, mata y mata.
Crítica:
Liam Neeson encarna a una mala bestia violenta con cara de padre normal de andar por casa. Es rápido, despiadado y no hace concesiones. La verdad es que es divertido de ver, pero toda la película en sí misma está enferma. Sólo un poli de Los Ángeles inculto e ignorante como el protagonista podría meterse en la cabeza el argumento que se nos presenta. Si obviamos eso, es bastante disfrutable. Simplona y de fondo bonachón... aunque hace demasiadas concesiones a esa mentalidad miedosa, convencida de que el mundo está lleno de malos por todas partes menos en mi barrio de L.A. muy propia de esa sociedad enferma. En fin, no vamos a condenarlos por ser más tontos que nosotros ¿no? Así que diré que es recomendable.
Y en el spoiler algunos aspectos criticables.
Liam Neeson (papá) viaja a París, mata a un par de tipos, le echa un par de huevos tremendos con unos mafiosos, mata a otros cinco tipos, se ríe de la poli francesa, mata más tipos malos, mata, mata y mata.
Crítica:
Liam Neeson encarna a una mala bestia violenta con cara de padre normal de andar por casa. Es rápido, despiadado y no hace concesiones. La verdad es que es divertido de ver, pero toda la película en sí misma está enferma. Sólo un poli de Los Ángeles inculto e ignorante como el protagonista podría meterse en la cabeza el argumento que se nos presenta. Si obviamos eso, es bastante disfrutable. Simplona y de fondo bonachón... aunque hace demasiadas concesiones a esa mentalidad miedosa, convencida de que el mundo está lleno de malos por todas partes menos en mi barrio de L.A. muy propia de esa sociedad enferma. En fin, no vamos a condenarlos por ser más tontos que nosotros ¿no? Así que diré que es recomendable.
Y en el spoiler algunos aspectos criticables.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
-El problema de la perspectiva.
Niña: Quiero ir a París.
Papá: Es peligroso, no.
Vaaaale, todos sabemos que París es peligroso, sobre todo desde la perspectiva de un californiano. Pero lo que no sabemos es:
Que los franceses visten como americanos pero sin embargo están tan civilizados como los guerrilleros talibanes. Vamos, que Rousseau y compañía son todo fachada. Una niña americana en París está tan perdida como podría estarlo en el barrio de proxenetas más chungo de Afganistán.
-El problema del argumento.
Al final papá dice sí, y pasa lo que tenía que pasar:
La niña es secuestrada por una panda de maleantes albaneses que pretende hacerla drogadicta a la heroína y prostituirla. Hasta aquí un drama de trata de blancas peeeeero, las cosas de la crisis, resulta que antes hacían eso con inmigrantes ilegales pero han descubierto que con las americanas se ahorran el viaje porque se lo pagan sus padres. Además, ¿qué cojones le importa a la policía francesa lo que hagan con las niñas americanas? Y sobre todo ¿qué más les da a sus padres? Sin embaaaargo, nuestra protagonista es afortunada. A diferencia de su mejor amiga, y esto acabará costándole la vida, tiene un padre que se preocupa por ella y dispuesto a matar a quien sea necesario para encontrarla, es más, de bueno no tiene un pelo, mata, mata, mata y mata, esa es su seña de identidad, de hecho, mata a gente a la que ni siquiera sabe él por qué lo hace, ¡Por favor! ¡Casi mata a la mujer de un amigo delante de sus hijos para conseguir información!
-La policía francesa:
¿Detener proxenetas de niñas americanas? ¡NO!
¿Comprarle un billete de primera clase a papá para que se vuelva a California? ¡Sí!
¿Y qué pasa con los cadáveres de proxenetas? Son molestos, eran más útiles vivos cuando nos pasaban la comisión. No obstante, si los matas, tampoco pasa nada, ni aunque sea en medio de la calle, siempre y cuando… ¡te vuelvas a California y dejes que prostituyan a tu hija! (“JA ¡Por ahí no paso!” Dijo Liam Neeson).
-El final, la vuelta a casa:
Como cualquier padre que vuelve con su hija de París, carrera por la terminal del aeropuerto, abrazo a la madre, papi en taxi a casa y el padrastro con mamá y la nena, en limusina a la suya. Como si no hubiera pasado nada.
-Otras genialidades:
El padrastro ideal de la muerte que tiene la niña: Rico, simpático, con buen gusto y regalando caballos preciosos en vez de juguetes para niñas de 12 años que es lo que le regala su padre biológico (ella tiene 17). Supongo que tiene buena parte de la culpa de la frustración que papá descarga sobre sus enemigos. Y la verdad es que se agradece que le frustre.
La súper idea de que la Hannah Montana del momento le consiga clases de canto a la hija después de que papá le salvara la vida. Aunque no se con qué frecuencia se colarán asesinos profesionales en los backstage de este tipo de conciertos. Un poco cogido con pinzas.
Niña: Quiero ir a París.
Papá: Es peligroso, no.
Vaaaale, todos sabemos que París es peligroso, sobre todo desde la perspectiva de un californiano. Pero lo que no sabemos es:
Que los franceses visten como americanos pero sin embargo están tan civilizados como los guerrilleros talibanes. Vamos, que Rousseau y compañía son todo fachada. Una niña americana en París está tan perdida como podría estarlo en el barrio de proxenetas más chungo de Afganistán.
-El problema del argumento.
Al final papá dice sí, y pasa lo que tenía que pasar:
La niña es secuestrada por una panda de maleantes albaneses que pretende hacerla drogadicta a la heroína y prostituirla. Hasta aquí un drama de trata de blancas peeeeero, las cosas de la crisis, resulta que antes hacían eso con inmigrantes ilegales pero han descubierto que con las americanas se ahorran el viaje porque se lo pagan sus padres. Además, ¿qué cojones le importa a la policía francesa lo que hagan con las niñas americanas? Y sobre todo ¿qué más les da a sus padres? Sin embaaaargo, nuestra protagonista es afortunada. A diferencia de su mejor amiga, y esto acabará costándole la vida, tiene un padre que se preocupa por ella y dispuesto a matar a quien sea necesario para encontrarla, es más, de bueno no tiene un pelo, mata, mata, mata y mata, esa es su seña de identidad, de hecho, mata a gente a la que ni siquiera sabe él por qué lo hace, ¡Por favor! ¡Casi mata a la mujer de un amigo delante de sus hijos para conseguir información!
-La policía francesa:
¿Detener proxenetas de niñas americanas? ¡NO!
¿Comprarle un billete de primera clase a papá para que se vuelva a California? ¡Sí!
¿Y qué pasa con los cadáveres de proxenetas? Son molestos, eran más útiles vivos cuando nos pasaban la comisión. No obstante, si los matas, tampoco pasa nada, ni aunque sea en medio de la calle, siempre y cuando… ¡te vuelvas a California y dejes que prostituyan a tu hija! (“JA ¡Por ahí no paso!” Dijo Liam Neeson).
-El final, la vuelta a casa:
Como cualquier padre que vuelve con su hija de París, carrera por la terminal del aeropuerto, abrazo a la madre, papi en taxi a casa y el padrastro con mamá y la nena, en limusina a la suya. Como si no hubiera pasado nada.
-Otras genialidades:
El padrastro ideal de la muerte que tiene la niña: Rico, simpático, con buen gusto y regalando caballos preciosos en vez de juguetes para niñas de 12 años que es lo que le regala su padre biológico (ella tiene 17). Supongo que tiene buena parte de la culpa de la frustración que papá descarga sobre sus enemigos. Y la verdad es que se agradece que le frustre.
La súper idea de que la Hannah Montana del momento le consiga clases de canto a la hija después de que papá le salvara la vida. Aunque no se con qué frecuencia se colarán asesinos profesionales en los backstage de este tipo de conciertos. Un poco cogido con pinzas.