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Voto de Alcaudón:
3
Ciencia ficción. Acción. Aventuras Veintidós años después de lo ocurrido en Jurassic Park, la isla Nublar ha sido transformada en un enorme parque temático, Jurassic Wold, con versiones «domesticadas» de algunos de los dinosaurios más conocidos. Cuando todo parece ir sobre ruedas y ser el negocio del siglo, un nuevo dinosaurio de especie desconocida, pues ha sido creado manipulando genéticamente su ADN, y que resulta ser mucho más inteligente de lo que se pensaba, se ... [+]
14 de junio de 2015
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
AVISO: esta crítica va por y para todos aquellos a quienes asoló la dinomanía en su infancia.

Corrían los años 90, y para aquellos que habíamos nacido a finales de la década de los 80 y principios de los 90, Jurassic Park fue, simplemente, una pasada. Steven Spielberg y sus dinosaurios encandilaron a una generación, acercándola a la ciencia, a la naturaleza y a propios reptiles (sin olvidar su rentabilidad económica). Su segunda parte, vista desde el futuro, ya había perdido esa magia de que gozaba aquélla, pero en esos momentos tampoco importaba a los más jóvenes: los increíbles dinos volvieron a conquistarnos.

La infancia pasó, y también el fenómeno jurásico. Vi la tercera película de la saga, olvidada con el paso de mi infancia y también por su escasa repercusión, hace unos años. La decepción fue atroz. Investigando un poco, pude constatar que en el guión de ésta última fue creado desde la nada, al igual que el de Jurassic World, mientras que la primera procedía de un libro de Michael Critchon, y la segunda, también, aunque eso sí, escrito tras el enorme éxito de su antecesora.

De este modo la degeneración en la calidad del argumento, de los diálogos; en fin, del guión, es inevitablemente correlativa al alejamiento de la idea original, pura, que provenía del primer libro.

Y así, en 2015, hemos llegado a la cuarta entrega de la serie. Pues bien, para aquella generación que tomó contacto con aquella película en los años 90, no puedo entender cómo es posible recibir favorablemente el film de Trevorrow. La magia y la imaginación de Jurassic Park brilla por su absoluta ausencia. Desde los primeros 15 minutos me he sentido insultado como espectador, como fan de la saga y como animal inteligente; la historia no es más que un mero trasunto ligeramente modificado de la primera entrega; los personajes son patéticos, estereotipados e incluso insufribles; la pretendida profundidad de ciertos diálogos científicos y morales se diluye en un festival de CGI y acción... La idea original del filántropo Hammond desaparece, con un magnate indio supuestamente continuista de aquél, pero más preocupado por el tamaño y el número de dientes de los grandes reptiles, y graciosillo al mando del helicóptero. Curiosa ironía; el parque jurásico ha pasado a ser temático, guiado por los beneficios, controlado por los patrocinadores y perseguido por los poderosos con fines "patrióticos"...

En fin, éste es el lado más oscuro y cierto del cine: es una máquina de hacer dinero. Y a tal fin el respeto a la memoria de las grandes películas y a los más antiguos fans no tiene cabida, en tanto el fin pueda lograrse. Lamentablemente, en el cine de hoy es más sencillo gastar cientos de millones de dólares en efectos especiales que reunir el valor suficiente para elaborar un guión en condiciones. Esperemos que no vuelvan resucitar a más dinosaurios, y los dejan descansar, pues más que a humanos, lo que destrozarán serán las ilusiones de los que crecimos con ellos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alcaudón
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