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Santo Tomé y Príncipe Santo Tomé y Príncipe · São Tomé
Voto de Alexei:
8
Drama En la mitología germánica, el momento anterior al Apocalipsis, en el que se trastocan los valores y caen las más altas torres, se conoce como "El tiempo del lobo". Una familia de clase media (padre, madre y dos hijos) huye de la catástrofe ocurrida en la ciudad, y se refugia en su casa de campo. Piensan que así lograrán librarse del caos generalizado, pero pronto comprenderán que eso es de todo punto imposible. (FILMAFFINITY)
25 de mayo de 2006
68 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Es "Arrebato" un instante oscuro del pesimismo", dijo Ángel Fernández Santos de dicha película. Si bien la que en FilmAffinity se lee es fabulosa, más le habría valido guardarse esa sentenciosa frase para la película que ahora me ocupa: "Es "El Tiempo Del Lobo" un instante oscuro del pesimismo".
Película hecha con la víscera más honesta de Michael Haneke. "El apocalípsis sin ciencia - ficción", reza el subtítulo del film, y no podía ser más exacto. Se trata de un ensayo, de un estudio inteligente y mordaz sobre el comportamiento del individuo y del grupo en situaciones extremas; sobre el fracaso del ser humano, sobre la caída del imperio occidental. Película, como todas las de Haneke, seca, sobría y dura. Para mí, sin embargo, pecó de abarcar un excesivo realismo.
Esa severidad, esa terca ambición de mostrar en todo momento y de manera abiertamente explícita la realidad tal y como es, y como se nos podría mostrar, es lo que hace que esta cinta se haga muy incómoda de ver. Es tal su veracidad, que el cineasta hace un rechazo constante de los tópicos generales del cine, usados para conmover, y para sazonar la historia: no hay música incidental, y casi nada diegética, por ejemplo. Aquí, pues, no hay sal y todo es gris, como el destino. Cierto que es un planteamiento tenebroso al máximo, pero, ¿podría ser de otra forma?
Retrato, aunque áspero, conmovedor del horror que a veces puede suponer la tragedia de existir. La película empieza y acaba de una manera genial y brillante, abruptísima. Es lo mejor del film. En medio hay altibajos: en ningún momento dejan de suceder dramas que nos desgarran; éste, dije antes, es el sombrío ejercicio que hace que yo le ponga un ocho con cinco a la película. Es demasiado incómoda de ver, demasiado hosca, demasiado brutal, demasiado cruda, demasiado realista.
Como conjunto es estimulante y profundamente turbadora, con momentos que rozan el milagro. Hecha con las entrañas y con las uñas y no con otra cosa. Éste sí es cine en carne viva, cine que queda. Un escupitajo amargo y furioso a la cara de nuestra sociedad, con ese toque kafkiano que caracteriza la absurdez del género humano. No apta para mentes y espíritus frágiles.
P.D.: En la noche después de verla tuve un sueño intranquilo y no descansé bien. ¿O fue un sueño lúcido?
Alexei
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