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Togo Togo · Noplace
Voto de AGF:
7
Drama. Ciencia ficción Jamie Salter es un cómico fracasado que se convierte en la voz de Waldo, un anárquico personaje animado de un típico late night de humor. La vida de Salter se escapa de control cuando, frustrado por el mundo de la política, el oso azul Waldo se convierte en un firme candidato en las próximas elecciones. Tercer episodio de la segunda temporada de la miniserie "Black Mirror" creada por Charlie Brooker. (FILMAFFINITY)
27 de febrero de 2013
26 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Black Mirror fue, en 2011, un combo de tres precisos puñetazos al estómago del espectador masoca (cualquiera que se precie). En 2013 el ya "afamadillo" Charlie Brooker vuelve para prolongar su contundente estela con suerte desemejante a su primer envite.

Esta segunda temporada es indudablemente peor.

No obstante, arranca con sobradísimos méritos. Be Right Back se me antoja una cuidada pieza de existencialismo adaptado a estos tiempos modernos y virtuales. Reflexiona con tino encomiable sobre qué somos, qué podemos ser en la actualidad, y al final y otras potentes escenas deja ese gran vacío lleno de vacío amargo que hacía grande a la primera temporada. Todo, sin dejar de olvidar la sorpresa, el ingenio de una ficción que aterroriza por la ciencia que atesora. Realismo encubierto y exacto.

No pasa lo mismo con el confuso White Bear. Se me atraganta. Hereda de las cuatro piezas de orfebre encabronado que la preceden la tensión y la filosofía (el conceto, que diría Manquiña): sátira misántropa. Peeero acaba por ser una adivinanza envuelta en pistas inútiles, donde hay más atmósfera que ideas. Su reflexión sobre la administración de justicia, a la que no le niego cojones ni triste certeza, se presenta carente de la sutilidad y el calado de Be Right Back; su planteamiento ahoga bastante potencial dramático; y una cosa como intercalar la respuesta definitiva al enigma con los créditos finales me parece una cosa FEÍSIMA.

Pero bueno, ahí vamos. Charlie Brooker se tambalea pero sigue siendo un cronista que vuela alto y desde allí lanza buenas cagarrutas a la raza humana.

La belleza y la verdad de mi metáfora se confirman en The Waldo Moment. Otro asalto no redondo, pero sí de peso considerable y, ojo (como pasa con la mayor parte de la primera temporada y de manera muy especial con Be Right Back -¿se nota que me flipó?-), sobre todo, oportuno.

En esta historia Brooker disfraza al desprestigio de la política actual y los problemas que eso comporta de oso azul animado, un elemento no falto de irrealismo en medio de un contexto que, a diferencia de lo que suele en Black Mirror, es perfectamente real, actual (Macs, Iphones, Ipads, Twitter, sin interfaces futuristas ni otros disfraces). Esfera personal y pública se funden en la trama y en la campaña que esta narra, convirtiéndola en drama además de ensayo. ¿Ensayo (los ensayos son menos simples, también hay que admitirlo) sobre qué? Sobre, para empezar, una cuestión: ¿Qué acojona más: lo fácil que es que la inercia radicalice al pueblo o la razón que tiene el pueblo en adoptar ciertas posiciones radicales? La respuesta es una pescadilla cabreada que se devora la cola, mientras un diputado conservador trata de detenerla a base de sensatez engominada (más paradoja) que -parece- Brooker quiere que escuchemos con atención. Chulo asunto, tanto como el que nos remite a la temática del "15 Million Merits": el inconformismo también se envasa y se comercializa.

Bien. Hasta aquí el resumen de la temporada: una joya de primer episodio y dos segundos que reiteran en mayor o menor medida atmósferas malsanas y reflexiones del palo de "somos tós tontos" elaboradas con gracia variable.

A mí me sigue doliendo más el polvete en prime time de El Himno Nacional, pero bueno, Charlie Brooker sigue teniendo ideas. Que se materialicen muchas más, lo ruego como ruego que también les de un par de vueltas más antes. Si estoy absorto en contemplar las filigranas e incrustaciones de un puño americano mientras se acerca, probablemente el golpe joda más cuando me alcance. Y eso.
AGF
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