En este desafortunado episodio de Poirot, ambientado en Londres, es uno de los más triviales y menos ingeniosos casos del genial detective. Con una larga duración que se hace bastante pesada, (Claramente le sobran 20 minutos de metraje), Poirot tendrá que desenmarañar unos pequeños robos y tres asesinatos. En esta ocasión el inspector jefe Japp y Miss Lemon aparecen en escena. Posiblemente este caso es uno de los menos elaborados y sencillos, con un guion intrincado, ridículo y muy poco inteligente, ya que el misterio queda desvelado de manera chapuceara, y sin la brillantez que nos tiene acostumbrarlos, cosa muy insólita en los capítulos del famoso detective. Incluso el mismo Poirot no se encuentra muy a gusto.
Por descontado que esta lejos del nivel de todos los episodios de esta buenísima serie de casos del genial detective. En general es una buena serie, incluso más que notable en muchos aspectos.
Por ejemplo y no en este episodio: La ambientación impecable en los exteriores e interiores, los decorados, el vestuario, la elegancia y la educación típicamente británica que desprenden todos los personajes.
Resumiendo: Para visionar este episodio es necesario mucha paciencia, un 4 justo.