Aún hay seres humanos que soñamos con alcanzar las estrellas, que tenemos esperanza de que el mundo comience a girar alrededor del Big Bang y no de payasos políticos avaros de dinero y poder en post del militarismo, fronteras, físcas y mentales. El soñar, es el placer de ver la fantasía y lo irreal plasmado de alguna forma, libro, película e incluso collage, pero que a su vez existe la posibilidad de hacerse real, y Luc Besson consigue hacernos soñar con un futuro donde no hay meta para la imaginación, la comprensión y todo ello con la base de toda inocencia, la del descubrimiento, aprendizaje y la tolerancia.
El argumento es endeble, pero este film no es para ganar premios, es un film echo para aquellos que aún soñamos que la humanidad siga los pasos de la era espacial, del desarrollo espacial, el del conocimiento y la exploración más allá de lo que a dia de hoy podemos ver, y tocar, por ello el simple echo de ver un desfile de especies a cual más estrambótica pero a la vez atractiva llena de peculiaridades, procedentes de inimaginables mundos aún por descubrir, llena de pasión, la pantalla y el alma.
No creo que no haya alguien que reniege ir de compras a ese bazar de otra dimension, que desee visitar esa ciudad cosmopólita espacial y por supuesto que desee aventurarse más allá de lo conocido, por eso tan nimio e insignicante para muchos, es para unos pocos, los soñadores, los que comprenderan este film, los que lo verán como algo lleno de valor. Por desgracia en este mundo hay muchos pseudo-criticos, y creen que la negatividad es mejor, por ello por un instante pido que dejen ese sentimiento aparcado, y que por un instante, sigan las palabras de un soñador, y su invitación a ¡SOÑAR!