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España España · El árbol de la ciencia, calle Pío Baroja
Voto de Lulita:
9
Comedia Happy Gilmore era un fanático jugador de hockey y ahora no tiene objetivos en su vida. Cuando su novia le abandona y a su madre la echan del piso en el que vive por no pagar el alquiler, decide dedicarse a jugar al golf en torneos profesionales con la esperanza de reunir el suficiente dinero para cambiar su situación. Resulta que Happy tiene un potentísimo swing que manda la pelota a 400 yardas de distancia. Además, debido a su alocado ... [+]
26 de octubre de 2011
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, puede ser humor tonto, estúpido, e incluso absurdo, pero joder, está hecho de puta madre, no me jodáis. Adam Sandler consigue que Happy Gilmore sea un personaje la mar de entrañable y gracioso, y los demás personajes no son menos que el propio protagonista, lo que YA ES MUCHO DECIR, vamos. Es difícil encontrar una película donde todos y cada uno de los personajes, extras y animales incluidos, brillen por igual y te arranquen una risita bobalicona.

Es la primera película que hacen Adam Sandler (protagonista y escritor del guión) y John Dugan (director) juntos, y debo decir que, a mi criterio, es la mejor de todas las que Sandler ha hecho. La duración de la cinta es la justa para entretener y nunca aburrir; los gags son ingeniosos y están impecablemente hechos; las interpretaciones son deliciosamente hilarantes; incluso la mujer a la que ama Happy encaja, con lo difícil que es que una mujer no desentone para mal cuando se trata de comedia. Y Adam Sandler es más Adam Sandler que nunca. Ah, y Ben Stiller se sale en su papel de enfermero sádico, dios. Es tan buena para mí, que he perdido ya la cuenta de veces que la he visto.

En fin, todo un canto al optimismo (Happy Gilmore siempre ve o encuentra el lado positivo a las adversidades -el final es un perfecto ejemplo-), la alegría (H. G. tiene un gran sentido del humor), el esfuerzo (H. G. nunca se da por vencido -no hay más que ver la de veces que se ha presentado a la prueba de hockey-), la solidaridad (H. G. haría lo que fuera por su abuela -y por cualquier otra persona, no cabe duda-), el amor por tus semejantes (H. G. quiere a todos, y así es cómo consigue que todos le quieran y adoren -por más putadas e idioteces que cometa-), etc... ¡todo eso en una comedia aparentemente tan tonta y simplona!

Mención especial para el caimán, al que le he cogido un cariño inmenso. No me cansaría nunca de verle atrapar la bola una y otra vez.
Lulita
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