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España España · Madrid
Voto de Pedro:
3
Romance. Drama Adèle (Adèle Exarchopoulos) tiene quince años y sabe que lo normal es salir con chicos, pero tiene dudas sobre su sexualidad. Una noche conoce y se enamora inesperadamente de Emma (Léa Seydoux), una joven con el pelo azul. La atracción que despierta en ella una mujer que le muestra el camino del deseo y la madurez, hará que Adèle tenga que sufrir los juicios y prejuicios de familiares y amigos. Adaptación de la novela gráfica "Blue", de Julie Maroh. (FILMAFFINITY) [+]
2 de febrero de 2014
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad"
(Jean-Paul Sartre)

Hagamos un breve ejercicio de imaginación a partir de un drama romántico ya clásico que sea bien conocido. Por ejemplo, escojamos "Esplendor en la hierba" de Elia Kazan. Y ahora intentemos hacer un "remake" de la misma pero kechichezándola.

Lo suyo sería usar la homosexualidad, por hacernos los actuales y desinhibidos, pero no va a ser necesario en este ejercicio; ya tenemos sutiles historias de amor dignos en verdad de los elogios de la mismísima Safo en sus poemas desde la isla de Lesbos -"Tomates verdes fritos" de Jon Avnet, por citar mi preferida-. Así que dejaremos la relación original entre dos jóvenes de distinto sexo, sólo que le vamos a añadir aproximadamente una hora de metraje. Para lo cual vamos a dejar los planos medio, americano y general como recurso excepcional y añadiremos como técnica base muchos primerísimos planos, muchos, muchos en cada escena de Natalie Wood y Warren Beatty donde veamos hasta la más mínima espinilla y poro de sus rostros. Más planos de Natalie Wood sola, incluso estando la cámara un rato con ella mientras duerme, fuma, camina...

Ni qué decir que una cámara fija y una composición estática de fotografía es obsoleto, igual que la profundidad de campo o un estudio medido de cambios de plano, con lo que prima la modernidad del movimiento que sigue al personaje y una steadycam que termina por pegarse a la cara del actor y pasa a otra cara con balanceo.

No contentos con esto, añadimos más planos aún de lo mismo, pero para no exceder las tres horas, cortamos otras escenas sustituyéndolas por éstas. Suprimimos de este modo la mayor parte de las relaciones con las respectivas familias de cada uno, dejándolo todo acaso en una de cada, donde no veamos otra referencia de las diferencias que unas ostras a la mesa o poco más.

Ahora suprimimos escenas de diálogo entre ambos para ponerlos en pelotas en la cama y elaborar largas escenas de sexo explícito. Para que no digan que hemos quitado conversación ponemos unos cuantos "hola", "¿cómo te va?", "aquí ando" y similares en cada encuentro entre personajes antes de entrar otra vez a primeros planos con un poco de los diálogos que aportan contenido y bastante de temática de relleno no muy distinta de lo que cualquiera habla con otro un día aburrido cualquiera en el que no tienen nada interesante que decirse.

La música, la eliminamos, que distrae la atención y no deja apreciar los contornos de los cuerpos desnudos. O vestidos... La quitamos del todo y punto.

Finalmente para la última secuencia cuando ella va a visitarle, en lugar de la conversación original lo sustituimos por ella cogiéndole el paquete para ver si lo pone cachondo y así demostrarle todo su amor duradero... Y la escena de Natalie Wood alejándose en el coche y recordando los versos de Wordsworth -"aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en la flor, no hay que afligirse, encontraremos la fuerza en el recuerdo"-, la quitamos también, claro... Diálogo superficial..., nada que ver con un buen plano prolongado de un rostro con lagrimones y moqueando.

¿Qué nos queda?

Tres horas de obra maestra de Kechiche, por supuesto.
Pedro
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