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Voto de Kyrios:
10
Serie de TV. Comedia. Drama. Romance Miniserie de TV (1975). 2 episodios. Zhenya es un hombre que el día de nochevieja se reúne con sus amigos para llevar a cabo un viejo ritual consistente en ir a unos baños públicos y beber. Cuando todos están borrachos, Zhenya se mete por error en un avión a otra ciudad y al llegar entra en una casa que no es la suya, con el consiguiente enredo que se organiza.. Película soviética considerada de culto que contó en 2007 con una secuela ... [+]
16 de junio de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ironía del destino o ¡goce de su baño!  es una de las películas más populares de la Unión Soviética. La película, destinada al ámbito televisivo consiguió reunir el día de su emisión el 1 de enero de 1976 a unos cien millones de espectadores. Una auténtica locura, que hizo que la cadena de televisión repitiera la emisión de la película el 7 de febrero del mismo año. Posteriormente incluso llegó a estrenarse en cines. Aún hoy en día, es una de las películas consideradas como "clásicas" del cine soviético, y especialmente del cine de navidad que se consume en las fechas de año nuevo.

La obra de Eldar Ryazanov tuvo un impacto sociológico tremendo. Seguramente, porque el director reflejó de manera cómica el "Zeitgeist" de su época, que además para nosotros resulta doblemente interesante, por no existir ya un país como la URSS. Y es que, y ahora entramos en territorio personal, viviendo en la actual Rusia uno se siente obligado a decir que aquel país que muestran las cintas soviéticas y la realidad no tienen nada que ver, pese a que en multitud de ocasiones, especialmente desde el prisma europeo, se acostumbra a señalar ambos países como un ente idéntico.

Y esta visión que hace la película de su momento, no lo hace desde una perspectiva edulcorada, sino tragicómica. La película utiliza el absurdo de la trama para dejar en entrever no las miserias de la vida durante la URSS, sino como era esta, con sus luces y sombras. Y si bien la película tiene un lado afable, también se encarga el guión de ir soltando algunas pequeñas pullitas, que en realidad no dejan de darle verosimilitud a todo el relato.

Para un espectador soviético la película obviamente tenía un contexto mucho más rico y entendible, y es normal perderse en algunos momentos si no tenemos en cuenta ciertos aspectos culturales. La propia trama por ejemplo, que parece tan absurda (una persona que entra en casa de otra porque las encuentra iguales, aun estando en una ciudad totalmente distinta) no lo es tanto en realidad, puesto que el modelo de vivienda soviético de aquel momento era precisamente el de bloques de hormigón (o como se dice aquí, "Paneles") que formaban edificios iguales y totalmente indiferenciables unos de otros. De hecho aún hoy en día pueden verse en la propia capital si nos alejamos del centro, y sobre todo en cualquier ciudad provincial, donde aún se mantienen en pie este modelo constructivo.

La película tiene unos aspectos técnicos simples pero efectivos. Al tratarse de una película dirigida a televisión, no cuenta con un despliegue de medios demasiado rico, sino al contrario. De hecho, casi la totalidad del filme, exceptuando un par de secuencias (que suceden en un baño y en un aeropuerto) tienen lugar en la casa de los protagonistas. De hecho, la película tiene muchas cosas en común con la obra francesa Le Diner de cons (La cena de los idiotas, 1998) del director francés Francis Veber, y de hecho quien escribe la crítica está seguro de que hay cierta influencia del filme soviético en la película francesa (por ejemplo con las secuencias de equívocos cuando cogen los teléfonos).

La base central de la comedia se basa en ese juego de enredos y de personajes que van embarullando la trama con cada palabra que sueltan. Hay también varios números musicales de canciones interpretadas por los propios actores, algo que era habitual en el cine de este momento.

En una película en la que toda acción sucede en prácticamente un mismo lugar y donde la cámara apenas tiene protagonismo, el papel de los intérpretes es más que básico. Y aquí, el trío de personajes principales cumple sobradamente con los perfiles de sus personajes. El protagonista, Andrey Myagkov, muestra de manera excelente un registro primero cómico (haciendo de borracho) y pasando sin problemas a uno dramático después. La actriz que interpreta a Nadya también es capaz de expresar todos los diversos matices de su personaje, una chica ya mayor para la época, que aún no se ha casado y que piensa que puede perder su tren para siempre. 

Sí, La ironía del destino o goce de su baño es una película totalmente desconocida en España y que por las singularidades identitarias de la película puede hacerse un tanto cuesta arriba, pero si uno va con la mente abierta, puede encontrarse con una de las más agradables películas soviéticas que se hicieron en toda su historia.

Crítica escrita para https://cinemagavia.es/
Kyrios
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