Ya de por si Jerry Lewis en solitario es un espectáculo puro, pero podría caer en la indiferencia si se convierte en el único protagonista de la cinta, como hemos visto con actores de nuestra época más reciente, entre ellos a Jim Carrey y a Eddie Murphy. Sin embargo al juntarse con el cómico y cantante Dean Martin consiguen hacer la mezcla perfecta del agua y el aceite, los polos opuestos se atraen y consiguen el éxito en pantalla que atraía al espectador a los cines.

Para desgracia de sus seguidores comenzaron a surgir problemas de egos y este dúo puso fin de forma temprana 7 años después de su nacimiento. Quedaron tan mal después de aquello que hasta 20 años después y haciendo Frank Sinatra de mediador, no volvieron a hacer las paces. Una pena todo lo que nos perdimos por este incidente personal.

El dúo se complementaba a la perfección, mientras Dean Martin ejemplificaba el don Juan perfecto, con éxito entre las féminas y don de gente, bien vestido y educado, Lewis era todo lo contrario, el desastre total. El más tonto de la clase, el más esmirriado el que se llevaba todas las broncas y golpes y el que inmortalizaba sus gestos eternos para la posterioridad. Entre medias siempre existía el momento musical para que ambos se lucieran en este campo también.

En guerra con el ejército nos muestra esto precisamente, dos amigos que se conocen desde hace mucho tiempo pero donde el mundo militar los ha separado por categoría y el trato entre ellos ha cambiado bastante. Aquí personalmente me ha gustado más Lewis, su personaje es tremendamente encantador al igual que cómico con un sin fin de anécdotas confusas que nos divertirán durante hora y media.

A los que desconocían a esta pareja, les recomendaría que sigan sus trabajos, donde existen muchas maravillas.