Algunos años después de su debut con ‘Año uña’ donde contaba una historia de desamor a partir de puras fotografías, y un par de cortos, Jonás Cuarón presenta su segundo film, uno mucho más ambicioso que el anterior, donde intenta denunciar los abusos que sufren las personas que cruzan la frontera entre México y los Estados Unidos.

‘Desierto’ narra la historia de un grupo de indocumentados, entre los que se encuentra el que está interpretado por Gael García Bernal, que sueñan con llegar a territorio estadounidense y, justo cuando están cruzando el desierto en Arizona, son masacrados a certeros balazos por un gringo local en compañía de su fiel perro, logrando matar a casi todo el grupo de indocumentados.

Solo un tipo, Moisés (García Bernal) , y una chica (Alondra Hidalgo), sobrevivirán al ataque, pero el hombre buscará por todos los medios acabar con ellos, persiguiéndolos por toda la geografía de ese desierto sin tregua alguna.

Jonás consigue mantener la tensión casi desde el inicio mismo del relato y además logra sostenerlo a lo largo del mismo, demostrando su buen pulso como director, en un filme que mantiene el nervio con precisión y de manera efectiva.

Pero la historia toma un obvio partido por el lado de los indocumentados, presentando al personaje del iracundo norteamericano carente de matices y con el inamovible objetivo de terminar con cuanto mojado se tope en su camino, además de ciertas otras obviedades tales como los nombres de los personajes, Moisés el indocumentado y Sam, el gringo loco.

Aún y esas arbitrariedades, ‘Desierto’ consigue atrapar al espectador pero no trasciende ni mueve a la reflexión, quedándose en una mera denuncia y convirtiendo ese odio hacia los sin papeles en un mero entretenimiento, efectivo si, pero no mucho más que eso.


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