‘Los débiles’ es el tipo de ópera prima que da gusto descubrir, una película que apenas inicia y atrapa al espectador sin dejar nada en claro de lo que uno puede esperar a continuación, terminando de una manera lucida, y lo mejor es la forma elegida para llegar a esa conclusión.

El lugar donde se desarrolla la historia es en el estado de Sinaloa, lugar caliente por el tema de la violencia generada por el crimen organizado y lugar donde el deporte que reina entre la población es el béisbol, ninguno de los dos datos son menores ni casualidades.

Víctor tiene un altercado con un joven que pertenece a una pandilla quienes también practican el béisbol, al volver a casa encuentra a sus perros muertos, a partir de entonces Víctor toma sus armas y emprende un camino en búsqueda de quienes se la paguen.

La película está narrada a la manera de un neo western, con un estilo seco que conforme avanza gira hacia la comedia negra, presentando el viaje de Víctor a través de episodios donde se topa con diferentes personajes que enriquecen la historia cada uno de manera peculiar.

La película toda es una especie de alegoría donde el territorio y el deporte del béisbol cobran importancia respecto a la cruda realidad del lugar, sabiendo sacar provecho de los elementos y de la economía de recursos para narrar su historia de una manera no tan convencional.

‘Los débiles’ resulta todo un hallazgo, un relato narrado con solvencia, gracias a su puesta en escena donde la duración de los planos es la justa para la cantidad de información que se brinda en cada uno de ellos, la latente violencia que envuelve al relato le otorga una tensión que se mantiene durante los 65 minutos de duración, suficientes para narrar una historia actual con contundencia, humor y poesía.

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