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España España · Tarragona
Voto de Luigi:
6
Thriller. Intriga. Drama Tras una temporada en Pekín, Roy y Jessie deciden viajar a Moscú en el Transiberiano, el ferrocarril que une la Rusia europea con las provincias rusas del Lejano Oriente. Aunque la gente que viaja en el gigantesco y sombrío tren es bastante extraña, la pareja no tarda en entablar relación con sus compañeros de compartimiento, Carlos y Abby, y con el inspector Grinko, que investiga el asesinato de un narcotraficante. (FILMAFFINITY)
6 de noviembre de 2008
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos elementos urbanos que son mágicos en el sentido de que son capaces de transportarnos de la realidad en la que vivimos a otra bien diferente, mejor o peor, pero siempre mágica. Uno de ellos es una estación de tren; las estaciones, situadas normalmente en el centro de la ciudad, son capaces por si mismas de llevarnos en todo momento a los más recónditos lugares con tan sólo pagar el billete y subir al tren. No hemos de hacer nada, pero tampoco podemos variar nada una vez subidos, en cuestión de horas amanecemos en otro escenario.

El otro elemento urbano capaz de llevarnos a otra realidad, en esta ocasión más diferente, más atemporal, más lejana, más mágica si cabe es una sala de cine. Otra vez, sólo somos soberanos a la hora de elegir la película, una vez dentro, el director nos lleva allá donde quiera, a otra realidad que quizás nos ayude a comprender la nuestra, cuando volvamos a ella.

Cuando en una película metemos un tren, un tren, además, tan mítico como el transiberiano, parece que tuvieramos los ingredientes necesarios para hincar el diente a un plato de excelente factura. Ya lo decía Truffaut: Las películas son trenes que avanzan en la noche.

Pues bien, a pesar de todo lo dicho, de este largo preámbulo, de los avales que tiene Brad Anderson con su estupenda “El maquinista”, a pesar del recuerdo vago que podemos tener de películas como “Extraños en un tren” del maestro inglés, en cualquiera de sus dos versiones, el director del film que nos ocupa construye un thriller de interés menor, no muy menor, pero menor al fin y al cabo.

Renunciando inexplicablemente casi de antemano a toda la mítica ferroviaria de este tren transcontinental, la película nos cuenta los vericuetos de tintes negros de una pareja bienintencionada americana y sus andazas con un español casi asilvestrado, de nombre Eduardo, para más señas, su chica y un policía ruso que añora su época soviética.

A pesar de su título, lo más impactante de la misma no ocurre en el tren. Resulta entretenida sin más, entre otras cosas porque lo que se cuenta, la trama, está cogida entre pinzas, y bastaría un ligero soplo para desmontarla como explico a continuación en la zona spoiler, pero no se te hace en exceso larga y te transporta levemente a otra realidad, que de eso se trataba, ¿no?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luigi
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