Excelente documental realizado después del no menos recomendable "El celuloide oculto" por Rob Epstein y Jeffrey Friedman, que pretende, con honestidad y sin caer en demagogia alguna, rendir homenaje a las víctimas más olvidadas del holocausto nazi, los homosexuales, que fueron brutalmente persegudios por el regimen y de cuya memoria nadie se acordó al final de la contienda.
Haciendo referencia al parrafo 175 del código penal alemán del año 1871, y que estaría en vigor hasta los años 70 del siglo XX, los autores consiguen entrevistar a varios de los supervivientes de esta barbarie (que se cebó principalmete en el género masculino) que explican sus historias y exorcizan sus recuerdos con una emotividad asombrosa y un detallismo capaz de helar la sangre al espíritu más templado.
La labor de sus directores consigue además sublimar lo anecdótico, eludir la reivindicación superficial y dotar a sus imágenes de una asombrosa fuerza que prioriza el aspecto moral de lo expuesto sin hacer apología de nada, simplemente dejando que las imágenes y los recuerdos de las personas supervivientes que quisieron aparecer, vayan reconstruyendo una realidad de pesadilla cuyo alcance por momentos es cuanto menos escalofriante.
Por todo esto, aparte de ver este gran documental como un simple homenaje o recuerdo de las vícitmas más olvidadas y maltratadas de la segunda guerra mundial, el film nos descubre sobre todo una capacidad de horror y determinados aspectos del ser humano que lo hacen superar su condición reivindicativa para convertirlo en un documento de visión obligada para cualquier espectador interesado en que algo como lo aquí reflejado no vuelva a suceder jamás.