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Voto de jastarloa:
10
Comedia Último film mudo de Chaplin. El vagabundo Charlot viaja con un circo ambulante y se enamora de una mujer jinete que está enamorada de un musculoso trapecista. Mientras tanto, le suceden mil y una peripecias. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2007
92 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
«¡Entren! ¡Pasen y vean el gran circo a ochocientas pistas! ¡El mejor circo del mundo! (Todos dicen lo mismo.) ¡Elefantes, caballos, cocodrilos, "ligres", gamusinos... y tiburones blancos, sí, también hay tiburones blancos! (¡Venga, hala, por inventar que no quede!)»

Bienvenidos, en serio, a las bambalinas reales del circo. Vistas desde la lente cómica deformante chaplinesca, pues su cine también es un espectáculo, pero sin perder la sinceridad. Porque Charlie habla de lo que conoce, y sabe que hasta –o especialmente– los payasos sufren mucho, y que se pasan malas rachas, y que se puede poner buena cara ante todo, porque las duras situaciones de hoy pueden tener su gracia mañana. Y eso mismo es lo que le pasa al vagabundo, que de la noche al día se convierte en la estrella de un pequeño circo ambulante y del día a la noche pierde ese estatus con la llegada de un nuevo funámbulo.

Contiene cuatro o cinco de los mejores gags del genio, y eso es muchísima tela. Aunque alguien no comparta mi idolatría por esta película, entenderá perfectamente el porqué de mi nota cuando le diga que una de mis diez maneras preferidas de morir sería de asfixia –por las carcajadas– durante la escena del Charlot equilibrista. Estuve a puntito de hacerlo.

(En el spoiler hay una recopilación de curiosidades relacionadas con esta película. No se desvela nada importante del argumento.)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jastarloa
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