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Voto de jastarloa:
7
Drama Siglo VII. Férreamente determinado a acabar con las injusticias de los líderes de la Meca, Mohammad, que afirma haber tenido una visión del ángel Gabriel, les persuade para que abandonen la adoración de los 300 ídolos de Kaaba en favor de uno sólo. Además de desoir sus ruegos, las reuniones de Mohammad y sus partidarios son respondidas con persecuciones y crueles torturas. Su expulsión de la Meca desencadena la sed de justicia de éstos ... [+]
23 de enero de 2010
24 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida a aquellos que piensan que el Corán es lo que forma los arrecifes, que La Meca es la línea que señala el término de una carrera o que las mezquitas son esos pequeños insectos que revolotean alrededor de la mierda; con mucha buena intención por parte de Moustapha Akkad, un sirio que, al irse a Los Ángeles a estudiar dirección y producción, se encontró con un gran desconocimiento de los verdaderos principios en los que se fundamenta el Islam, con un odio tan visceral que hacía equiparar el concepto de musulmán con el de terrorista. Fue, por tanto, un arriesgado proyecto personal con afán divulgativo que tuvo que superar las reticencias de la industria hollywoodiense buscando apoyo de los países árabes.

Lo que Akkad intentó con ésta, su primera película, fue dirigirse a los públicos cristiano y judío –nunca al "infiel"–, explicarles que la palabra divina que guía sus vidas está "repleta" de nexos con sus religiones. Mahoma reconoce como profetas a Moisés y a Cristo, incluso reconoce la Torá y la Biblia como textos sagrados que deben estudiarse, aunque se considera a sí mismo una especie de "corrector" elegido.
También remarca que el Corán liberó a la mujer del pesado yugo de la discriminación machista mucho antes que las democracias occidentales actuales, cosa que no deja de ser cierta, al menos en la teoría y en comparación con las restantes culturas de la época, pues dio el mismo peso a la opinión de la mujer en la vida pública, contempló el divorcio, repudió el matrimonio sin su consentimiento…

Al mismo tiempo, para permitir la distribución en Oriente Medio, se supeditó todo el rodaje a las restricciones impuestas por sus leyes y tradiciones, siendo la película revisada y aprobada por varias entidades islámicas. De ahí, también, que rodara, simultáneamente, una versión en árabe, con un segundo reparto completamente musulmán, y que no se muestre, en ningún momento, ni la imagen ni la voz de Mahoma, ni de sus esposas, hijas y yernos. Las escasas veces en que el profeta aparece, la cámara toma su punto de vista y muestra al resto de personajes dirigiéndose a ella, derivando en escenas algo cargantes.

El resultado es interesante, aunque, peor que falto de autocrítica, yo diría manipulador y contradictorio: ofrece la información a medias, resaltando los aspectos más positivos y omitiendo los que resultarían menos tolerables para los espectadores occidentalizados (ej.: no aclara su concepto de igualdad, un reparto de derechos y deberes diferentes para cada sexo, aunque, según ellos, de la misma importancia; no entra en detalles poligínicos…); intenta compatibilizar el discurso pacifista con el belicista (Alá no amará a los que se exceden, no, pero, como no le aceptes como dios único y verdadero, te considerará un infiel y dará a seguidores justificaciones suficientes para masacrarte)… Es más válido como documento histórico que como acercamiento a un Islam demasiado complejo como para centrarnos sólo en los anales de su génesis.
jastarloa
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