El peor actor de toda la historia del western en el cine: el actorcillo mediocre Jack O'Connell, que naturalmente luce la ridícula barbita rubita (que es la que tiene en su vida normal) de tres pelitos y medio en los siete capítulos, como si no le creciera y no tuviera que afeitarse, y un peinado a la moda actual, es decir, ir despeinado, faltaría más, en aquellos tiempos eran muy modernos ellos. No lo comparen con los grandes actores del género, por favor, que me da la risa.
Comparar a este actorcillo con los grandes del western como John Wayne, James Stewart, Gary Cooper, Burt Lancaster, Glenn Ford, Robert Mitchum, Henry Fonda, ¿sigo?, con Randolph Scott, Clark Gable, Clint Eastwood, Gregory Peck, Lee van Cliff, William Holden, Lee Marvin ¿más?, con Kirk Douglas, Robert Taylor, Richard Windmark, Charlton Heston, Steve McQueen, Jack Palance, Alan Ladd, Spencer Tracy, Robert Ryan, Joel McCrea... Y voy a parar, porque me quedaría sin espacio. Pues eso, me parecería una verdadera ignominia para todos estos actores que se asomaron pocas o muchas veces en este género pero siempre con unas actuaciones magníficas, incluso en las películas menos notables.

Michelle Dockery, me parece una actriz con un gesto facial tan antipático que me da repelús. Muy sobrevalorada por su presencia en “Downton Abbey”.
Ambos dos, él y ella, forman parte de las secuencias menos interesantes de la serie.

Es una historia que nada aporta salvo lo aguerridas y lo expertas en pistolas y escopetas que eran ya todas las mujeres (a lo mejor alguien se lo cree) a finales del siglo XIX, en un pueblo perdido de cualquier condado. Y por supuesto una viuda y una lesbiana las principales protagonistas en la “batalla final” al más puro estilo de “Los siete magníficos” o de “Grupo salvaje”, ante una treintena de bandidos profesionales que ahora, en esta batalla, se comportan como unos novatos imbéciles o más bien gilipollas, diría yo.
El sheriff del pueblo tiene problemas de visión, pero aunque no ve el manojo de llaves de la cárcel en la mesa junto a su nariz sí es capaz de ver una estrella medio enterrada en la arena o de no fallar ni un tiro en la batalla.

Alguien comenta por ahí arriba (digo arriba porque lo normal es que esta crítica esté la última, en lo más debajo de la ordenación por utilidad) que si la música, que si la fotografía, que si el vestuario, que si está lloviendo... Lo principal de una historia siempre será la historia. Y si esta te aburre o te parece imposible, da lo mismo la dirección, la música, la fotografía, la productora, el reparto y los premios recibidos.

Está claro que nunca estaré entre las mayorías. Más de tres mil cuatrocientos votos y una media de… ¡7,7!
Incomprensible. Una puntuación por encima de títulos tan destacados como: Duelo en la alta sierra, Duelo al sol, El día de los tramposos, El jinete pálido, El pistolero, Por un puñado de dólares, Juntos hasta la muerte, Los profesionales, Horizontes lejanos, Misión de audaces, El árbol del ahorcado, El fuera de la ley, La legión invencible, Duelo de titanes… Todas ellas por debajo del 7,7. Por supuesto que ni por asomo se puede comparar con las obras maestras que no voy a poner aquí y que cualquiera debería conocer. Se dice que las mayorías tienen la razón. Que les aproveche.
Si levantaran la cabeza los Ford, Hataway, Mann, Sturges, Hawks, Stevens, Walsh, Boetticher…
Habría que preguntarle la opinión a Clint Eastwood.

Iba a calificarla con un 3, pero después de ver las críticas tan apabullantemente halagadoras y ya que hay algunos usuarios que no las aprueban (algunos deditos apuntando al suelo) me voy a inclinar a cascarle un 2, pensando en ellos.
Pongan el pulgar hacia abajo, por favor. Para ir contando cuántos entre ustedes ignoran a los buenos directores, actores y actrices del buen cine del Oeste.