Una más, aunque completamente desconocida, sobre la primera guerra mundial, que por fechas seguimos conmemorando su centenario. Se trata de "Soldado Peaceful", es decir, "pacífico", el apellido de los hermanos protagonistas que además hace alarde a la ideología de la obra, aunque expresada de una forma un poco rara. De hecho sobre este punto se hacen un lío tremendo. Primero dicen que la guerra es provocada por los militares, los políticos y los de "arriba" para mantener sus intereses y luego que los de "abajo" están luchando contra los alemanes pero también contra el "viejo mundo", los privilegiados, para que todo cambie y "no haya más guerras". Exacto, así era publicitada oficialmente la Gran Guerra, como la guerra para acabar con todas las guerras. En todo caso, los aliados se toparon con la contienda, habría que preguntar a Alemania por qué los atacó.

En realidad la película es entretenida con su mezcla de drama romántico y aventura bélica. Lo que le sucede es que izquierdea hasta volverse inverosímil. El retrato de los militares, ricos y gente de orden cae de lleno en la caricatura mientras que "el pueblo" es retratado como un cúmulo de bondad. En este sentido hasta los soldados alemanes son dibujados como unos caballeros pero de las trincheras. La clave de este y otros varios dislates ideológicos es que "Soldado Peaceful" es anacrónica porque no está basada en hechos reales, nada que ver con la soberbia "Testamento de Juventud" (2014), tampoco con la aún mejor "Gallipoli" (1981), con la que guarda cierto parecido, en todo caso con la sobrevalorada "Senderos de Gloria" (1957), sino en una novela moderna, de Michael Morpurgo, que refleja actitudes, comportamientos y valores actuales pero no del 1908 o 1916.