Excelente drama basado en hechos reales de John Boorman, toda una denuncia del régimen birmano, que por razones que se me escapan, apenas es conocido por el gran público. "Más allá de Rangún" (1995) guarda un notable parecido con la también notable "Los Gritos del silencio" de Roland Joffé (1984). Sin embargo aquí no encontramos, no en la Camboya de los 70, sino en Birmania, justo antes del golpe militar que puso fin al conocido como levantamiento 8888 (8 de agosto de 1988), aunque más bien fue una serie de manifestaciones pacíficas en favor de la democracia. Como dato, el país vivía bajo un régimen socialista sui generis de partido único (BSPP, Partido del Programa Socialista de Birmania) que aparte de reprimir a mansalva había empobrecido por completo a Birmania. Para evitar confusiones, el sangriento golpe militar aquí descrito se hizo en defensa de dicho gobierno socialista y no en contra suya.

En este caos a punto de estallar se encuentra atrapada una turista americana, Laura (Patricia Arquette). Pero junto al conflicto externo de matiz político arrastra su propio trauma personal. Laura no sólo debe salvar su vida, sino encontrar una razón para seguir viviéndola. Con un estilo muy sobrio, dentro de la mejor tradición británica, Boorman ofrece al mundo, aparte de la denuncia política, un preciso retrato del alma humana lleno de reflexiones éticas. Y además, mediante una bella historia, toda una lección moral, de entereza, amistad, y porque no decirlo, idealismo y fe en el ser humano. Quizá el argumento sea simple, le falte algún diálogo, o una explicación más extensa de la situación del país. Pero no obstante "Más allá de Rangún" lo compensa con una tensión sorprendente al más puro estilo de una cinta de aventuras. Porque, encima, hay acción y una emocionante persecución que te tendrá en vilo hasta el final.