Mi profesor de historia medieval de España en la universidad nos advirtió contra esta serie calificándola de "infame". Yo quizás no me atrevo a llamarla así, me reservo este apelativo para productos más delirantes como aquella de "Toledo, cruce de destinos" (2012), pero en cualquier caso "El final del camino" incurre en ese vicio tan común de tergiversar la historia al gusto de directores, guionistas y demás. El cúmulo de errores es altísimo, lo que me molesta como historiador, pero es más grave aun que todas las invenciones tengan un propósito progre, lo que me irrita como reaccionario. Por ejemplo, el retrato de reyes, nobles y clero es completamente mezquino. En concreto Alfonso VI y su hija, Urraca I, quedan como unos monstruos. Ya os vale.

Dicho esto, "El final del camino" si se tomara como una obra de ficción pura y dura pues tampoco es que sea tan mala como algunos la pintan. En realidad no resulta aburrida con sus batallas, intrigas y venganzas. El propósito de esta obra es llevarnos a la Castilla de finales del siglo XI e inicios del XII, entre y Toledo y Santiago de Compostela. Por un lado tenemos la invasión almorávide, por otra la construcción de la Catedral de esta ciudad. Por cierto, que se meten en otro berenjenal porque desconocemos quién está enterrado allí así que no confirman ni que sí es ni que no es el apóstol Santiago, ya se sabe que son gallegos y con ellos dudamos si es que suben o bajan, eso dicen. En fin, una serie quizá no infame pero sí que desprecia la historia.