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España España · málaga
Voto de nachete:
4
Terror Casi 10 años después de que dos chicas fueran brutalmente asesinadas, el autor del crimen, Jonah, se fuga del psiquiátrico y vuelve a su antiguo territorio de actuación: el parque de atracciones. Ahora, sus desafortunadas víctimas son un grupo de jóvenes que están de excursión de primaver (spring break) con su instituto, y que deciden quedarse a hacer noche en el parque. Lo que en un principio se presenta como una velada de diversión en ... [+]
13 de febrero de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Myers ha vuelto, sólo que ahora se llama Jonah y vive en el Tren de la Bruja. La emblemática cinta de Carpenter sigue creando escuela bien entrado el nuevo siglo: no contenta con iniciar el subgénero slasher (probablemente la representación más genuina y abstracta del terror que ha concebido el séptimo arte), continúa lustros después inspirando a bisoños directores de cine en el noble arte de dar miedo, aunque ahora la influencia se regurgite más desde una perspectiva irónica y circense que de puro escalofrío. El problema, en el caso de La casa del terror, es que Craig Singer no tiene el talento de un Rob Zombie, el más honesto e inteligente renovador del género. De ahí tanta mediocridad, rematada por una idea que no puedo entender: ¿no os parece absurdo que se intente reinventar un género precisamente acudiendo a aquellas constantes que lo hicieron famoso y que ahora lo definen? Es, ni más ni menos, lo que hace el amigo Singer.

Pero no todo es de derribo en La casa del terror. Por ejemplo, tiene un sentido del humor bastante negro que la hace más llevadera. Y pequeños detalles gratificantes: el reparto, por ejemplo, se ajusta más a la realidad que el de otras película por el estilo, y los personajes no mueren exactamente en el orden esperado. Todo esto, más algún puntazo gore (el cráneo partido por la mitad), convierten al film en un producto no del todo desdeñable, aunque evidentemente repleto de carencias y defectos, el más gordo de todos ellos la sorpresa que nos depara el final: el único momento que se pretende original pero que apenas tiene sentido. Singer ha acabado haciendo trampas, quizás para ocultarnos que su siniestra atracción de feria no es más que una entretenidilla amalgama de tópicos casi siempre mal ejecutados. Vosotros veréis si os compensa pagar el precio de la entrada o no.

Lo mejor: la escena de la mamada.
Lo peor: su decepcionante desenlace.
nachete
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