Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · S.A. de Padua
Voto de Vespasiano:
9
Serie de TV. Drama Miniserie de TV (2010). 2 episodios. Los vándalos están asediando Hipona, en el norte de África, y el Papa teme por la vida de Agustín, el obispo de la ciudad. Por eso envía un barco para rescatarlo y traerlo a Roma sano y salvo. Tropas romanas llegan hasta Hipona, consiguiendo reavivar la esperanza de un pueblo subyugado por el poder vándalo. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si a ustedes les atraen las películas (o como en este caso las miniseries: como Attila o Roma) sobre el Imperio Romano no deben dejar de ver esta gran coproducción italiano-alemana. No se trata tan sólo de una biografía del Obispo africano Agustín de Hipona (más tarde conocido como San Agustín), desde su niñez hasta su muerte, sino que nos muestra cosas que, por lo general, están ausentes en todas las grandes producciones y miniseries de este calibre. La historia comienza con el asedio de los Vándalos en el Norte de África en 430, a manos de su jefe Genserico. Agustín, era en ese entonces (año de su muerte), Obispo de aquella ciudad africana sitiada por esta tribu germana, que posteriormente (aunque no se cuenta en la historia) la destruirá por completo. La película irá narrándonos a través de distintas analepsis (flashbacks) momentos de su interesante vida: su niñez; de cómo se convirtió en abogado; de sus litigios en los tribunales cartagineses; del hijo que tuvo con su esclava; de la mala relación que tenía con su padre; de su actuación como vocero del emperador Valentiniano II (éste era un niño en el año 384) para combatir en plano dialéctico contra el Obispo de Milán, San Ambrosio, hasta el momento de su conversión al cristianismo, etc.
Para mí, lo interesante de la película está en la riqueza de las argumentaciones: de San Agustín como representante del poder imperial primero, como defensor del maniqueísmo después y, posteriormente, de la Iglesia Católica; de San Ambrosio, de orador Macrobio (quien educó a Agustín); de los maniqueos; de su madre (quien posteriormente será conocida como Santa Mónica), de su amigo Valerio, etc. Se las recomiendo, desde ya, aunque, como en mi caso, no alberguen ninguna simpatía por Iglesia Católica Romana ni por el credo cristiano occidental.
Vespasiano
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow