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España España · Barcelona
Voto de David MS:
3
Terror. Fantástico El cuerpo de un antropoide hallado en Manchuria por un científico inglés es trasladado a Londres a bordo del Transiberiano. Comienza así un viaje que estará plagado de intrigas y muertes en cuanto el fósil vuelva a la vida. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2013
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos buenas épocas ha tenido el cine de terror español, la actual con películas -más o menos- recientes y taquilleras como Los Otros, El Orfanato, El Espinazo del Diablo, la saga [Rec], Los Ojos de Julia, y subproductos entre los que se encuentra toda la serie B de Fantastic Factory -La Monja, Arachnid, Dagon- y proyectos menos atinados: Ouija, XP3D, Aparecidos, Emergo, Eskalofrio entre muchos otros. La otra era dorada del cine de género patrio fue en los setenta, cuando llegaron la excelente ¿Quién Puede Matar a un Niño?, El Ataque de los Muertos sin Ojos, No Profanar el Sueño de los Muertos, La Noche de Walpurgis y Pánico en el Transiberiano.

Esta última, co-producción con Reino Unido rodada en Madrid, la dirigió Eugenio Martín con el nombre artístico de Gene Martin. La película fue un fiasco en taquilla en España, sin embargo funcionó bien en mercados como el americano, el británico y en Australia. Por aquí se tuvo que conformar con el premio a mejor guión en la quinta edición del Festival de Sitges. Su reparto: Christopher Lee, Peter Cushing, Telly Savalas, Silvia Tortosa, Helga Liné y Alberto de Mendoza.

El profesor Saxton (Lee) encuentra un fósil congelado en el hielo en Manchuria y se lo lleva de cargamento en el tren Transiberiano. Allí se reencuentra con un compañero de profesión, el Dr. Wells (Cushing), con quien unirá fuerzas cuando el fósil cobre vida, escape y se muestre como un extraterrestre con la capacidad de suplantar la identidad de los pasajeros del tren con los que se cruce -añadir la tendencia de la mayor parte de los extraterrestres en el cine, matar-.

Me gustaría compartir el entusiasmo de la gente que en su momento disfrutó y se asusto de las imágenes de Pánico en el Transiberiano, pero la verdad es que el tiempo ha hecho mella en ella. Empieza interesante, con un argumento con base científica similar a la de ¿Que Sucedió Entonces? (1966), pero a partir de la aparición de la bestia pasa a ser una sucesión de escenas de terror con el acabado de la peor serie B, con sustos vistos hoy, inofensivos. Se dan lugar en la corta hora y veinte de Pánico en el Transiberiano un peludo y cutre disfraz de extraterrestre, chirriante y psicodélica banda sonora, flojos personajes y malas interpretaciones, y de entre ellas una lamentable, la de un Telly Savalas (Kojak) interpretando a un cosaco, montando un show los cinco minutos que sale.

Pese a eso -que no es poco- la película tiene su gracia, ver a los Drácula y Van Helsing de la Hammer (correctos Lee & Cushing) formar equipo, apuntes de guión que traen a la mente la versión anterior y posterior de El Enigma de Otro Mundo -extraterrestre congelado en el hielo que revive para suplantar identidades y crear una nave espacial-, la resultona ambientación, y las blancas lentillas que caracterizan a las víctimas que en los últimos quince minutos reviven como zombies -porque sí, también hay zombies-.
David MS
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