Banderas, sinceramente, no lo hace mal, es un buen actor (aunque a algunos les pese), la premisa se mostraba interesante, el inicio arrollador, la historia interesante ¿que falló para no conseguir seducir?, el conjunto final no cuaja, nos introduce en una serie de estereotipos raciales y culturales, que poco aportan a la historia, y a partir de la primera hora (quizá un poco antes) la narración envilece, la falta de interés se va haciendo notable y la torpe dirección de Jonas McCord (bastante mediocre) acaban por sepultar, nunca mejor dicho, lo que pudo ser una historia rompedora y sin embargo le queda plana y simplona.

Algún error de racord (impagable esas secuencia que comienza de día y en segundos acaba en nocturnidad, si, en ese ataque palestino al entorno del sepulcro, supongo tardaron en rodarla y no les quedó más remedio que dejarla, es rápida y tal vez pensaron el público no lo iba a captar, pero hay unos cuantos de este tipo de errores, sobre todo problemas en el montaje), pero no es esto lo peor, que ya de por si, ciega ojos, NO, lo peor es la intranscendencia del asunto, que no llega ni siquiera a resultar didáctica, es una pena, si...

En definitiva, una historia que mereció mejor suerte por el fuerte material que contenía, uno de los pocos trabajos comerciales que ha jugado con la posibilidad que nos muestra, pudo haber extraido petroleo de la propuesta, pero se queda en ese sepulcro a pocos metros del suelo, sin cumplir lo prometido, Para ver y olvidar, sin duda.

Saludos