Se le pueden discutir muchas cosas a este título, incluso si es o no un gran clásico, pero, indudablemente, rebosa sensación de aventura por todos sus poros. Desde su inicio en Escocia a su derivación al Caribe y convivencia con piratas, duelos a espada, humor socarrón y una estética bastante bien conseguida en su barroquismo.

La fotografía corre a cargo del maestro Jack Cardiff, dotando a la película de un colorido y luminosidad muy sutil, dejando algo más que desear en las escenas nocturnas en tierra y en mar (hay que recordar que por aquel entonces era casi imposible rodar en la noche y se empleaban filtros para ensombrecer y oscurecer estas secuencias), pero en conjunto es un buen trabajo. En cuanto al protagonista, Errol Flyn, cumpliendo, no en su mejor estado físico, pero curiosamente este estado de "degradada" madurez acompaña bien al personaje y le dota de realismo y menos acartonamiento de lo que era habitual en el, nada grave que objetar; su compañero de aventuras, el actor Anthony Steel, ayuda sin duda con su papel y nos ofrece algunos diálogos cómicos con gracia.

Viajes, traiciones, historia de Amor y celos, todo enmarcado en un periodo de guerras monárquicas que ayuda a situarse en la narrativa y acaba ofreciendo un delicioso pastel, ligero y con las pretensiones justas, cine comercial de la época, que incluso, con su menos, todavía consigue atrapar y divertir. Pudo ser mejor, pero no hace falta.

Saludos