Viniendo de donde viene, y con el envoltorio que se nos presenta, Secret State es un caramelo irrenunciable (otro más) de una televisión que apuesta indudablemente por la calidad frente a... lo que quiera que sea que se apuesta aquí. Quizás Channel 4 no tiene los grandes nombres de otras cadenas competidoras inglesas pero aún así, siempre suma.

Por un lado, sólo contar con Gabriel Byrne es ya un extra que toda producción desearía para sí y, en efecto, el actor irlandés es, probablemente lo mejor de la serie. Una serie que es honesta y todo lo políticamente incorrecta que puede ser una serie (británica, para más inri) que trata el conglomerado multinacionales- gobierno que tanto poder acumula y que tanto daño hace. Byrne está brillante como Tom Dawkins, así como el buen elenco de secundarios que cumplen sin atraer demasiados focos y dejan hacer al protagonista.

Los ingredientes son, pues, los correctos, pero la serie es irregular y, aunque potente, adolece de una inexcusable falta de ritmo en algunos puntos, quizás por la sensación de estar presenciando algo que ya hemos visto antes. Es sin duda un producto de mucha calidad cuya sobriedad es probablemente, su punto fuerte y también su punto más débil. Se puede decir que es tan correcta que se echa de menos algo más. Pese a esas faltas, estamos ante un producto recomendable.