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España España · Sant Boi de Llobregat
Voto de caniggia:
10
Western Estado de Wyoming, a finales del siglo XIX. Shane, un hastiado pistolero, llega a la granja de los Starretts, un matrimonio con un hijo que, al igual que los demás campesinos del valle, se encuentra en graves dificultades, pues el poderoso ganadero Rufus Ryker pretende apoderarse de sus tierras. Cuando Ryker se entera de que Shane es un hábil pistolero, le propone que trabaje para él. Ante su negativa, contrata a Jack Wilson, un ... [+]
15 de mayo de 2006
89 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es en la primera secuencia, donde Alan Ladd llega a casa de los Starrett, cuando rápidamente se da cuenta de que son gente honrada, buena gente que quieren vivir creando un espacio propio que les dará víveres suficientes como para crecer. Shane quiere formar parte de eso y dejar de lado su pasado de pistolero justiciero. Por esa razón ayudará a Joe Starrett (el padre de familia) a rebanar ese tronco que muerto yace allí como símbolo de las dificultades que uno tiene al venir de fuera para crearse un sitio, sin que el poso que dejan los odios de los hombres que antes han estado allí vuelva a aparecer. El tronco, pese a que les cuesta el trabajo de prácticamente un día, sale de la tierra y en ese mismo instante se da el pistoletazo de salida hacia la esperanza. Una esperanza truncada por los hermanos Ryker, que atemorizan a todos los convecinos de esas tierras para que las abandonen, ya que, afirman que les pertenecen por ser ellos los que de algún modo acabaron con los indios autóctonos que habitaban esas tierras. Starrett, como es lógico en cualquier hombre de a pie, responde a Ryker que esa no es una razón precisamente para estar orgulloso y sentirse amo de ese territorio, cosa que ya acaba de ahondar en la yaga del Ryker jefe. Éste, contratará a un pistolero temible como Jack Wilson y comenzará a hacer uso de las armas con los habitantes de esas tierras, matando de “forma justa” para la ley al pobre e inconsciente vecino Torrey. Esa será la gota que colmará la paciencia de Shane, y muy a su pesar volverá a ponerse el traje de pistolero. La sangre volverá a correr, y sus esperanzas de poder adoptar el papel de un hombre pacífico y “no profundo”, como las raíces de árbol, se verán truncadas. Eso sí, sin más revólveres en el valle.

Lo realmente bello de todo esto es como Shane se introduce en el seno de la familia Starrett. La grandiosidad que para él supone llegar, en parte, a formar parte, valga la redundancia, de una familia. Es más, ver cómo se ha ganado al pequeño Joey, cómo se ha ganado parte del corazón de Marian y la amistad de Joe padre. Y sobretodo poder llegar a observar cómo alguien ajeno a la familia puede formar parte de ella siendo capaz de salir, de llegar a tener ese tacto que sólo los grandes son capaces de tener para salir, para abandonar la casa, la guarida, en los momentos en los que indiscutiblemente Joey y Marian demuestran amar a Shane casi como a un semi-dios, dejando a un lado el incondicional esfuerzo que Joe padre está haciendo por mantener unidos a los vecinos, y en consecuencia a la familia.
Cinematográficamente hablando me parece que esas escenas en las que Shane abandona la casa dándose cuenta de que ha sobrepasado el límite de “la norma” familiar convirtiéndose en incómodo para su conciencia el sentimiento hacia su persona (como padre-amigo en el caso de Joey y como hombre en el caso de Marian) son de una fuerza pocas veces vista en la historia del cine. Por no hablar del final, claro.
caniggia
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