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Voto de Federico_Casado:
10
Drama Narra una serie de reencuentros en la vida de Salvador Mallo, un director de cine en su ocaso. Algunos de ellos físicos, y otros recordados, como su infancia en los años 60, cuando emigró con sus padres a Paterna, un pueblo de Valencia, en busca de prosperidad, así como el primer deseo, su primer amor adulto ya en el Madrid de los 80, el dolor de la ruptura de este amor cuando todavía estaba vivo y palpitante, la escritura como única ... [+]
23 de marzo de 2019
39 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sus últimas películas fueron productos desganados, desvaídos, sin gracia. E incluso, sin estilo, algo que había calificado precisamente sus películas. Y lo cierto es que no esperaba mucho de esta su último trabajo, pero cual no ha sido mi enorme sorpresa cuando me he encontrado al mejor Almodóvar, al artista que definió un estilo propio en el cine español de los ochenta, que se ganó por derecho propio un puesto en el Olimpo del cine. La vuelta a su universo, a su particular idiosincrasia, a la vez vulgar y exquisita, a la vez cómica y trágica, a la vez cruel y dulce ha supuesto hacer la mejor película de toda su carrera. Eso sí, es una película que huele a epílogo, a fin. Porque después de "Dolor y gloria", creo que ya tiene muy poquito que contar.

Y no es porque su vida no haya sido fascinante, sino porque creo que se ha desnudado hasta las trancas. Igual que hacía Robbie Williams en el videoclip en el que empezaba un strip tease, y terminaba quedándose en el esqueleto, porque en esta película llegamos hasta los huesos mismos del director: esa especie de autorretrato parece haber sido hecho con un TAC, explorando la vida del director capa a capa; desde las drogas hasta el éxito. Desde el pueblo hasta recorrer el mundo entero. Desde las tortuosas relaciones con los que trabaja, hasta la entrega incondicional a sus amantes y amigos. Una montaña rusa de sensaciones concatenadas magistralmente con una factura deslumbrante, como pocas veces se ha hecho en su carrera. Y en este viaje orquestado con exquisita elegancia, un solista que ha trasladado todo Almodóvar en una interpretación. Porque solamente alguien que conociera tan bien al director como Antonio Banderas -con el que lleva casi 40 años trabajando- ha podido transmutarse en el director manchego. Todo su ADN destilado en un personaje.

Salvador Mallo está hastiado de todo, hasta de vivir. Sus dolencias físicas y psíquicas le tienen alejado hasta del cine, lo que más le gusta. Convertido casi en un ermitaño, recluido en su particular universo, no quiere saber nada del mundo. Pero un buen día, algo sucede, y poco a poco irá recuperando los recuerdos de toda su vida, poco a poco...

Si a lo largo de toda su filmografía eran recurrentes sus particulares historias -la homosexualidad, la relación con su madre, etc.- a través de otros personajes que por resonancia, transmitían todo eso, en esta ocasión se ha personalizado muchísimo más. Ojo, que Almodóvar ha sido lo suficientemente inteligente como para saber jugar con habilidad en la ficción, y no estamos hablando de un legado documental sobre la vida del director, pero si que encontramos sus reflexiones, sus posturas, su modo de ver la vida, el amor, la amistad, el arte, el cine o la cultura. Con la irreverente y a la vez curiosa mirada que le ha caracterizado, recuperando de un plumazo toda su frescura, superando con creces sus mejores películas, "La Ley del Deseo" y "Hable con ella". Porque ya no necesita -o no quiere- poner en voz de personajes más o menos rocambolescos su mensaje.

Este ejercicio de madurez cinematográfica además se demuestra por la profundidad y calado de la historia. O mejor dicho, de las historias, porque tenemos varios planos de existencia, que en paralelo van contando -o mejor dicho, complementando- todos los arcos argumentales como la capa de una cebolla, sumándose y engordando el mensaje. Impresionante, realmente increíble cómo ha sabido destilar toda su sapiencia cinematográfica en una cinta que te atrapa por su demoledora complicidad, por su elegante y minimalista factura, por sus diálogos realmente maravillosos, en su punto justo de tono en cada secuencia -desde momentos de comedia antológicos, como una conferencia en la filmoteca nacional a través de un teléfono móvil a otros de entrañable ternura como las secuencias con la madre o de drama y redención, como los encuentros con el antiguo amante, o con el actor con el que se peleó hace años...-.
Realmente, es lo mejor que jamás haya hecho. Y creo que es lo mejor que jamás hará. Porque desnudar el alma tan profundamente no es nada fácil. Pero aquí está conseguido, encontrándose todo sobre Almodóvar.
Federico_Casado
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