Precisamente hace unas semanas que leo la magna biografía que sobre Van Gogh han escrito Naifeh y White Smith. El director de esta cinta, el pintor Julian Schnabel, opta por la versión que dan estos autores sobre el fin del gran pintor, o sea, que unos chicos puede que le disparasen.
Schnabel, lejos de optar por el trazo grueso o lo comercial, intenta adentrarnos en los tormentos del genial Vicent y su difícil adaptación a una vida más o menos reglada, pero está muy lejos de los resultados de Pialat, para mi gusto quien mejor ha sabido filmar sobre la vida de Van Gogh. Por cierto, espero que le llegue al pobre Pialat algún día el reconocimiento que no tuvo en vida y sigue sin tener.
Yendo ya a la cinta, está rodada con buena mano y tiene una espléndida fotografía, la interpretación de Dafoe, como es regla en él, es sublime, y el director arriesga y consigue transmitirnos el dolor de Vincent y bastante fidelidad a la época y sus circunstancias, pero estoy de acuerdo con lo que señalan por aquí, la película no aporta gran cosa, pese a ser meritoria.