He nacido en España, soy español, he vivido en muchas ciudades de nuestra geografía y llevo viendo toda mi vida tipos como torrente, y cuando vi la película me percaté, sin dejar de reír ni siquiera por un segundo, de que Santiago Segura había dado en el clavo.
Si es cierto, desde el año ochenta y seis estamos en la Unión Europea, somos muy modernos, educados y un montón de cosas más. Pero cuando salgo a la calle y escucho al sesentón fascistilla hablar con nostalgia de gloriosas épocas pasadas, o al cani de turno cargado de oro y hablando a voz en grito; al ciudadano bien, que después de emborracharse en un bar, pega a su mujer, pero no duda en criticar a los drogadictos. O simplemente entro en un restaurante chino, y he de llevarme un bollo de pan, ya que después de residir más de treinta años entre nosotros, siguen poniendo ese grasiento pan chino, pues mira, he de reconocer que la mayoría de la imagen que se da, sólo es de cara a la galería, y que a la mugrienta fachada, tan solo le han dado una delgada capa de pintura.
¿Qué ocurre?, ¿Qué con Torrente se ha rascado un poco en la pintura, y nos hemos visto a nosotros mismos?, a que viene el escándalo, si así es como somos.
Dejemos de alborotarnos, y a divertirse, que como alguien dijo alguna vez, para reírte de los demás, empieza por hacerlo de ti mismo.