Haz click aquí para copiar la URL
Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
7
Aventuras Edad Media, Brabante, siglo XI. Un caballero normando (Heston) se convierte en señor feudal de unas tierras extrañas habitadas por hombres semisalvajes. Se enamora perdidamente de Bronwyn (Forsyth), una misteriosa doncella por la que acaba perdiendo el poder y el honor. (FILMAFFINITY)
14 de enero de 2009
66 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
De vez en cuando me da por saldar viejas deudas y ayer le tocó el turno a “El señor de la guerra”, de Franklin J. Schaffner. Sabedor que resultaría prácticamente imposible volver a experimentar esa indescriptible conmoción existencial que me produjo el binomio Schaffner-Heston con “El planeta de los simios”, me conformaba esta vez con disfrutar de una amena sesión de cine a base de espadas, armaduras, almenas y catapultas.

Cuál fue mi sorpresa cuando además de una magnífica historia de venganza, rencillas familiares y contiendas medievales, me encontré con un inesperado romance. Una cálida e intimista historia de amor repleta de matices mitológicos y trovadorescos. Indudablemente, algún dato importante se me había pasado por alto. ”The lovers”, claro. El título de la novela de Leslie Stevens -cuya adaptación cinematográfica había trasladado Schaffner a la gran pantalla- era tan obvio que no pude evitar sentirme un poco mendrugo. Así pues, con objeto de no volver a incurrir en despistes de tal calibre, tras ver la peli, decidí documentarme. Decepcionado al corroborar que Miquel no había colgado su pertinente crítica, me dispuse a dar un corto paseíto por google para curiosear algunos pormenores del film que me habían llamado poderosamente la atención. Mi principal impulso (pa’ que nos vamos a engañar) fue echarle un ojo a la biofilmografía de Rosemary Forsyth, la preciosa aldeana que trae de cabeza al prota, Crisagón de la Cruz (Charlton Heston). Constaté con cierta desdicha que semejante bellezón era una actriz canadiense de segunda fila -en activo aún- con pocas, poquísimas intervenciones fílmicas de relumbrón. Una verdadera pena. Por si acaso me quedé con el título de una de sus pelis más conocidas: “¿Qué fue de tia Alice?”. Creo que la vi hace un porrón de años dentro del ciclo “Mis terrores favoritos”, de Chicho Ibáñez Serrador, pero no estoy muy seguro de ello.

Retornando a “El señor de la guerra” tan sólo añadir que me hubiera gustado mayor incidencia en temáticas genuinamente feudales (el vasallaje, por ejemplo) y que no todo quedara reducido a cuestiones tan folclóricas como el ‘derecho de pernada’, pero bueno..., no le pidamos peras al olmo y quedémonos con lo mejor de esta peli. Y es que al margen de esa apasionada historia de ‘amor fou’, de las espectaculares secuencias de acción y de la dulce Rosemary, no podría finiquitar esta crítica sin destacar la gigantesca presencia de ‘caradepiedra’ Heston. Uno de esos actores capaces de merendarse la pantalla sin apenas despeinarse. En esta ocasión, luciendo el mejor peinado a la taza de la historia del cine.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow