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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
5
Drama Berta ha ido a parar, una vez más, a prisión acusada de estafa. Es carne de cañón e irá pasando por diversas cárceles, sufriendo todo tipo de humillaciones y vejaciones. Adaptación del libro autobiográfico de Inés Palou, una mujer que pasó gran parte de su vida en la cárcel. (FILMAFFINITY)
6 de mayo de 2018
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Javier Aguirre es un tipo peculiar. Autor de algunos de los bodrios más insultantes de la historia del cine español (citaré tres, por aquello de que me gustan los tríos: El insólito embarazo de los Martínez, Pierna creciente, falda menguante y Una vez al año ser hippy no hace daño), que solían arrasar en taquilla, se defendía diciendo que eran para sufragar sus películas, documentales y cortos experimentales. Y se quedaba tan pancho.
Entre Esposa de día, amante de noche y Rocky Carambola (los títulos son más expresivos que mil volúmenes), intercaló una película "seria", Carne apaleada, modélico ejemplo del subgénero WIP, Women in Prison. Cuenta el tremebundo melodrama de una pobre ingenua que va a la cárcel por estafa y le pasa de todo, el manual completo de lo que les sucede a las chicas cuando van a parar a una cárcel de mujeres: palizas, celdas de aislamiento, celadoras que parecen veteranas de las SS y, obviamente, lesbianismo.
Aguirre le preparó a su esposa, Esperanza Roy, un recital de sufrimientos, amén de desnudarla íntegramente sin el menor recato. Nos sentimos muy agradecidos. Los pechos de Esperanza deberían ser considerados monumento nacional. Con la excusa de que está rodando una película de qualité, y habida cuenta de que la odiada censura había dejado de existir, el realizador y guionista procede a un despelote generalizado de las reclusas. Con decir que hasta Yelena Samarina y Trini Alonso exhiben sus atributos es suficiente. La película es fea, mal planificada, rodada con exceso de primeros planos y cierto espesor en el libreto. Pero lo mejor aún está por llegar: Bárbara Rey. Sí, esa de apellido profético, por la cual cierto rey emérito perdió la cabeza, y hasta estuvo a punto de perder la corona.
Bárbara Rey. Es de justicia reseñar que la nena vive el papel, entrega una interpretación sentida, sensible y matizada. Y en la escena culminante de cama con Esperanza Roy, ver su cuerpo en movimiento, el brillo de sus ojos, la humedad de su boca, en fin, todo ello ayuda a comprender lo que sucedió en la vida real.
Falso film "arty" que gozó de mucho predicamento por la cantidad de carne expuesta. Pese a Rey y Roy, consigue aburrir en algún momento. Pero te mantiene despierto...
Eduardo
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