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España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Ciencia ficción. Acción. Romance En el siglo XXVIII, Valerian (Dane DeHaan) y Laureline (Cara Delevingne) son un equipo de agentes espaciales encargados de mantener el orden en todos los territorios humanos. Bajo la asignación del Ministro de Defensa, se embarcan en una misión hacia la asombrosa ciudad de Alpha, una metrópolis en constante expansión, donde especies de todo el universo han convergido durante siglos para compartir conocimientos, inteligencia y culturas. ... [+]
30 de julio de 2017
139 de 170 usuarios han encontrado esta crítica útil
En algún momento del siglo pasado, se perdió el gusto por todo esto.
Por la aventura inesperada, por mundos de lejanas lunas, por héroes y heroínas que luchaban para salvar el día, dando un ejemplo válido y auténtico camuflado bajo pura fantasía.
Hoy solo quedan algunos pálidos reflejos en el entretenimiento actual, algunos muy válidos, otros no tanto, pero casi ninguno logra replicar esa experiencia de encontrarse un universo nunca antes visto, sin nada por supuesto y todo por explorar.

'Valerian y la Ciudad de los Mil Planetas' llega en un momento muy particular, lanzando un llamamiento a esas aventuras que ya no se ven, y capitaneada por un Luc Besson que, se nota, ha echado el resto y más para hacerla realidad.
Gracias a esa condición de proyecto pasional, se lleva lo mejor que cualquier película puede llevarse: nula atención a la taquilla y al posible público, carencia total de escenas para complacer a nadie... y libertad total para expandirse en todos lados, hacia todas direcciones, creando algo tan único y cambiante que ni pide disculpas por no contenerse.
Besson ha pensado que el público debe meterse en este universo, y no al revés, como debe ser, como todas las grandes aventuras han hecho siempre.

Precisamente, la transición llega desde el inicio, cuando diferentes culturas se unen en comunidad de diferencias para acabar creando una descomunal estación espacial, renombrada como la Ciudad de los Mil Planetas: años de progreso representados en un par de minutos a ritmo de "Space Oddity", que abren la puerta a una fantasía tangible, donde todos hemos aprendido a compartir este singular universo en el que vivimos.
Una vez plantada esa semilla de que todo es posible es cuando empieza la pura fantasía, de manos de Valerian y Laureline, que se dirigen a esa vasta ciudad para desentrañar sus misterios, relacionados con una especie en extinción que se les ha encargado proteger.
Aquí valdría poner un inciso: Dane DeHaan y Cara Delevingne quizá no eran las opciones más obvias, pero una vez empiezas a verles no te cabe ninguna duda de que sus intercambios irónicos y románticos no habrían quedado bien en boca de nadie más, ya que consiguen hacer de su relación el centro humano y conector de todo lo que está por venir. El viaje por la galaxia no deja de ser extraño y ridículo a veces, por lo que sienta bien tener un par de héroes capaces de rebajar tensión o seriedad a golpe de chascarrillo o sarcasmo, como reaccionaría cualquier persona normal.

Y cuando se asientan esas bases, todo es posible.
Literalmente, todo.
Desiertos tecnificados en los que se sitúan inmensos mercados, solo apreciables en diferentes dimensiones de la realidad. Planetas vibrantes de vida y nobleza que dejan horizontes de fantasía espacial. Vastos fondos marinos e interminables bancos de datos, en los que conviven millones de especies, cada una con sus leyes, características y leyendas.
La imaginación de este universo, como decía antes, no tiene límites, pues nadie ha establecido una frontera de credibilidad para dictar una lógica que no se necesita: ¿tres o más lunas suspendidas en un cielo azulado? vamos con ello; ¿cambiantes bailarinas de movimientos imposibles? quiero verlo (curioso, y a la postre emotivo cameo de Rihanna); ¿bases de algún tipo de realidad? no se necesita, y con suerte nadie la pedirá.

Pero es que encima, y sin dejar de lado la divertida naturaleza episódica de la cinta, por el fondo se cuela un mensaje de tolerancia y respeto hacia los que buscan su sitio en este mundo, que sin darnos cuenta, y casi siempre por error, vamos quitando importancia a medida que nos proyectamos hacia adelante, sin muchas veces prestar la necesaria atención a lo que dejamos detrás.
Cuesta creer que, pese a todo, en el futuro podríamos seguir pensando que cualquier fin justifica los medios, y aún más, que determinados fines no merecen consideración, porque nunca nos equivocamos juzgando. Cómo podríamos, si cada vez alcanzamos más horizontes, aprendemos más deprisa y conquistamos más fronteras.
"Conquistar" parece la palabra clave aquí.
¿Tan difícil es "compartir", como si no lo supiéramos todo, como si hubiera sensaciones dignas de respetar o experimentar, como lo hacen Valerian y Laureline?

En suma, nada define mejor a esta ópera espacial que aquella frase con la que su heroína define el amor: "un acto desinteresado, con la esperanza de que pueda ser apreciado."
Justo eso es lo que ha llevado a cabo Luc Besson.
Y justo eso es lo que busca este lujoso y espectacular cómic, que no olvida entretener, y de paso especular conque, en algún futuro, el mismo sacrificio y entrega que nos hacer querer a alguien es todo lo que se necesita para salvar una especie entera.
¿Cómo resistir una invitación a descubrirlo?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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