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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Drama Thelma no es una chica normal. Desesperada, le pregunta insistentemente a Dios por qué la ha hecho así. Sus padres tampoco son de gran ayuda, sino dos personas misteriosas que se muestran tranquilas ante los poderes que muestra su hija, que, cada vez que siente algo, causa desastres. Cuando Thelma inicie una relación con una compañera, las emociones propias del amor harán estragos. (FILMAFFINITY)
14 de diciembre de 2017
45 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso que, con toda la mitología superheroica que nos invade, sigamos pensando que para ser un superhéroe sólo hacen falta poderes y ya está.
Como si el impulso de hacer el bien o sacrificarse por el prójimo fuera algo innato en cualquiera, cosa que no es así ni de lejos.
Se nos pasa por alto la figura del tío Ben, del mayordomo Alfred, de los Kent... como si fueran secundarios y no cimientos.

Digo esto porque 'Thelma' es, literalmente, una película de superhéroes.
Con cierta atmósfera terrorífica, desde luego. Narrada en los planos largos y miradas intensas de un drama independiente, sin duda. Pero, intencionadamente o no, esto podría ser el cómic de X-Men más "hartístico" que hayas visto jamás.
Aunque sucede una cosa: ningún profesor Xavier vino a buscar a Thelma al llegar a la mayoría de edad.
Y se marchó a una universidad donde lo último que te enseñan es alcanzar tu potencial.

Ya se deja clara su invisibilidad desde el primer plano aéreo, que tiene que ir desde la generalidad del campus a la particularidad de Thelma, como otra hormiguita que viene a integrarse a la colonia.
La angustia preuniversitaria no queda muy lejos: racionalizar, encajar, cuidar de no sobresalir para que no te señalen... cosas que no suponen un problema, si no te has cuidado en una aislada casa familiar bajo asfixiante tutela.
Aunque esa angustia tiene la ventaja de que todos la sienten, en mayor o menor medida, y por eso Thelma encuentra un hombro amigo en Anja: conocerla nada más salir de la piscina es sólo un bonito detalle simbolizando la uniformidad en la que estaba metida y de la que ella le despierta, en una película llena de melancólicos simbolismos.

Claro que, para Thelma, Anja se convierte en el flagelo de su conciencia: ¿cómo puedo permitirme sentirme así, si me han criado... así? ¿cómo puedo amar así... si me han dicho que el amor es otra cosa?
La historia juega al despiste de los cuentos de hadas, con unos padres a los que hay que llamar cada noche antes de la última campanada, y al martirio religioso, con un pecado original que se revuelve bajo la falda de Thelma, más dulce y liberador cuanto más prohibido se siente.
Parece que esa es la única manera de entender el mundo para ella, en cuentos mitológicos o estrictos dogmas, sin que en ningún momento pueda agarrarse a la fe sencilla que representa esa chica, simplemente, esperándola en la biblioteca o dejándole un hueco en la fila.

Esto podría ser un cómic de superhéroes, sí, pero no habla de salvar al mundo, sino de salvarse a uno mismo de todas las contradicciones e imposiciones que alguna vez nos han cargado.
Cosas contra las que ni el más absoluto de los poderes puede nada, como acaba aprendiendo Thelma, porque desde bien pequeñita le enseñaron que su vida era así y debía temer que le aplastara.

Al final, entiendo por qué Joachim Trier no quería ningún mentor en su historia.
Porque Thelma tenía poder de sobra para resistir el sufrimiento, aprender de ello y cambiar su propio mundo a uno en el que a nadie deba nada.

El último plano es uno particular, uno que pasa por encima de la generalidad.
Y sólo puedo admirar a una chica que, por fin, ha superado el miedo a si misma, todo por el camino que quiere tomar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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