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España España · Madrid
Voto de Charles:
5
Comedia Un rapero intenta volver a juntar a su ex-banda de música de cuando era joven. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2016
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si has visto alguno de los vídeos de The Lonely Island, sabrás que estos tíos son buenos.
En sus cortos vídeos caben auténticas tonterías que parodian todo un espectro de imbecilidades típicamente estadounidenses, desde la música hasta el famoseo, sin cortarse un pelo en lo políticamente incorrecto.
Pero claro, son vídeos de un minuto o dos.

'Popstar: Never Stop Never Stopping' es su primera película.
Y ya desde el principio se les nota con problemas para conectar cada idea absurda que tienen: la historia es la de una estrella pop caída en desgracia, pero podrían ser un conjunto de sketches sin progresión entre sí y tampoco parecería raro. Conner 4 Real aprovecha la magnífica cara de idiota que sabe poner Andy Samberg, y sin embargo está más cerca de la sonrisa complaciente que de la carcajada.
Es todo un conjunto de "sí, pero..." que se va adueñando poco a poco de la coña inicial, sin que los ocasionales puntazos logren levantarla.

Los cameos de medio segundo y referencias culturales yanquis te dejan ko a poco que no estés enterado de los últimos cotilleos del otro lado del charco.
Creí que la cosa estaba en que sencillamente no me hacía gracia, pero... pensé en un estadounidense viendo alguna de estas comedias rancietas con las que el panorama televisivo español nos obsequia de vez en cuando, una de esas en las que hay mucho lío gratuito y el comediante estrella de turno juega a ser actor mientras suelta como una metralleta los chascarrillos con los que sabe que todo el público se va a reír.
'Popstar' es el equivalente de eso. Personalidades usa de origen televisivo haciendo el mongolo con la única ambición de que el público les señale y se ría al verles, eso es lo que hay.

Vista desde ese punto, no parece tan mala, y hasta hay algunas cosas que funcionan porque llevan el sello inimitable de The Lonely Island, como esas canciones destroyer que se mean en casi todos los supuestos "artistas" que sacan el temazo de vez en cuando. Algo que podría hacernos reflexionar acerca de cuanta basura nos tragamos habitualmente por los medios, con el enésimo cantante admitiendo que su próximo disco es más "experimental", pero "cercano" y sobre todo "próximo a su corazón"
Pero cuando la película no tiene eso tira de cuñadismo y comodidad para avanzar, con la clase de chistes que te harían gracia si estuvieras intoxicado a las tres de la mañana, confiando en que el talento de sus implicados va a salvar sus rancios diálogos.

El momento cumbre de esa tendencia viene justo al final, cuando la historia rescata lugares comunes de la tópica superación personal en forma de unión familiar, y ahí no puedes evitar bajarte del carro. No por mucho servirlo con chistacos se aparta la sensación de que esto es una parodia vendida: no ha podido evitar convertirse en aquello que estaba parodiando.
Y sí, a todos nos mola terminar con un final por todo lo alto, cree en tus sueños y esas cosas, sobre todo si nos lo dicen medio en coña medio en serio. Pero no cuando la oportunidad pedía a gritos pasarse por el forro todo eso y darle caña a la gilipollez del mundillo.

(Ojalá cada canción fuera un vídeo separado de toda esa morralla que no ha servido para nada)
Charles
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