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España España · Barcelona
Voto de Tithoes:
5
Terror. Thriller. Intriga Seis personas quedan atrapadas en un escape room cuyo creador ha diseñado una trampa mortal en cada habitación. No saben por qué les está haciendo esto, pero sí saben que un solo error les costará la vida. (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2019
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor: el acierto del responsable de olvidar el confuso e incierto sendero seguido en su último trabajo (la cuarta entrega de Insidious) retomando el del anterior (la curiosa e irregular The taking of Deborah Logan), más oscuro e inusual, mostrando convicción e ingenio (algunas pruebas son realmente memorables e imaginativas aunque, valga añadir, la primera es sumamente desagradable al evocar al fatídico incidente que se cobró la vida de cinco jóvenes polonesas mientras practicaban dicha actividad de ocio) en aras de (tratar de) reinventarse a sí mismo y ofrecer una oferta festiva a la par que, a la postre (el devenir de los minutos dicta sentencia en este sentido al desilusionar paulatinamente), errática; la dedicación que se observa detrás de las muertes (anunciar que se suceden no es ningún misterio), albergando la cinta algunas secuencias neurálgicas e impactantes que recuerdan a varios capítulos de la quintología Destino final (las aeronaves también cobran mucha relevancia aquí) y, ya en otro nivel, de la mítica saga Saw (no por su filosofía salvadora sino por su trasfondo justiciero), concibiéndose la ocasión como un intento parcialmente logrado de patentar una especie de elegante híbrido entre ambas con pinceladas del clásico de culto Cube (de forma mucho más sangrienta y menos estilizada conceptualmente, por supuesto); la diversión (apenas escapista al contrario que en la homónimas incursiones de Peter Dukes y Will Wernick, siendo un auténtico delito que una de las premisas básicas del entretenimiento que ocupa como es la cuenta regresiva del tiempo disponible para cumplir las misiones se obvie por completo) es notable (sobre todo en el acto inaugural), absorbiendo la atención del espectador con suspense e intensidad sin recurrir a excesivos tópicos.

Lo peor: la construcción argumental peca de entusiasmo (el momento psicodélico es digno de debatirse seriamente en una mesa redonda estando los participantes ebrios) y, en lugar de trascender, lo que consigue es provocar rechazo al darse giros de guión poco asombrosos y menos justificados (el poder del dinero no lo explica todo como se hace creer, pues en el plano opuesto al beneficiario multitud de incógnitas como la casual aparición de una máscara de oxígeno en pleno declive existencial o la mayoría de averiguaciones sin datos indicadores restan sin resolver), aunque poco más se puede exigir atendiendo a las limitaciones de la premisa; la dimensión de la que se dota a los personajes es directamente proporcional a la de sus encantos (cada uno brilla por sí mismo por sus peculiaridades conductuales hasta que se incide en su pasado para exponer el nexo común por el que han sido seleccionados para conseguir diez mil dólares de completar la retahíla de desafíos en los márgenes permitidos), es decir, burocrática e inocua, no haciendo al público partícipe de una trama sino requiriendo solo una presencia pasiva de la prometedora cautividad que implica acudir a una sala de cine para visionar el metraje; el desenlace, después de una serie de acertijos numéricos y de otra índole mucho más exigente físicamente (de hecho la agilidad mental es relativamente importante para sobrevivir al juego propuesto atentado así contra la esencia del esparcimiento), es demasiado formal (confundir inteligencia con perspicacia es un graso error del que muchos directores pecan y ésta, por desgracia, no es una excepción), siendo tan prominente como el humor, eficaz e involuntario.

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl
Tithoes
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