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Voto de Time Bandit:
7
Drama En un hospital de París, un joven se convierte en médico residente del ala gestionada por su padre. Le espera un arduo camino. (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2015
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos acostumbrados a ver diversas producciones de ficción (especialmente series de televisión, y cine en considerable menor cantidad) en la que la trama se desarrolla entre los muros de un hospital, pero en la mayoría de los casos, éste sirve para poco más de un marco donde se desarrollan romances enrevesados y rocambolescos dignos de una telenovela, o integrantes tramas policíacas que parecen sacadas de un thriller de serie b; en lugar de retratar de forma mínimamente fidedigna el día a día dentro de una de estas instituciones. Pero, Thomas Lilti, médico pasado a director de cine, nos muestra un relato mucho más humano, y menos idealizado de la vida cotidiana dentro de un hospital; pero esto no quiere decir que el médico de turno nunca se comporte de forma heroica, si no el hecho de renunciar a tratarlo con grandilocuencia.

La trama central de la obra, y en donde se aprecian la mayoría de los puntos de fuertes de la misma, se encuentra en la relación entre dos médicos residentes, muy distintos entre sí; pero, a lo mejor, menos de lo que parece a simple vista. Por un lado tenemos a Benjamín (Vincent Lacoste), que se metió a médico por inercia, porque al serlo su padre a él le parecía lo más natural seguir sus pasos. Que su primera experiencia dentro de un hospital sea, precisamente, en el que su progenitor dirige, no será un hecho meramente anecdótico. Por otro lado, tenemos a Abdel (Reda Kateb), un médico argelino, cuyo dedicación plena y sacrificio, junto a la fidelidad ciega en sus principios y en lo que cree justo le costara más de una enemistad.

La narración irá avanzando según la evolución de ambos médicos, tanto internamente, como entre ellos, con sus pacientes o el resto de sus compañeros de profesión. Y aquí es donde la obra obtiene fuertes connotaciones de crítica social, especialmente contra la privatización de la salud, donde está se convierte en una mercancía más que se compra y se vende con el único objetivo de generar suculentos beneficios; si ello se hace con la reducción de materiales médicos o de personal, con las consecuencias que esto pueda traer, es completamente irrelevante. Donde los pacientes se ven como clientes, y al mismo tiempo como un gasto; el cual recibe el tratamiento, no según sus necesidades para curarles o ahorrarles sufrimiento, sino cual será el más rentable para el hospital.

Visualmente la obra no aporta nada realmente novedoso ni destacable, aunque el tono realista de la misma aporta fuerza a la apuesta realizada de contar la historia de forma realista y humana. La relevancia y vigencia de los temas tratados hace de su visión algo casi obligatorio; no tanto por sus cualidades puramente cinematográficas, que las tiene. Si no como muestra de los peligros de la despiadada y descontrolada privatización de algo tan fundamental como la sanidad. Aunque el final, pueda pecar de ingenuo, los compases antecesores del mismo muestra de forma acertada como el sistema se defiende ante los ataques recibidos; y todo aquel que se resista solo puede ser aplastado... ¿o no?
Time Bandit
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