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España España · Madrid
Voto de horacio:
8
Drama Roslyn Tabor (Marilyn Monroe), una joven que llega a Reno (Nevada) para divorciarse, conoce a un viejo vaquero (Clark Gable) y decide quedarse unos días en su cabaña. Poco después, él encuentra en las montañas una manada de caballos salvajes y decide capturarlos para vender la carne, contando con la ayuda de un vaquero especialista en rodeos (Montgomery Clift). (FILMAFFINITY)
13 de febrero de 2008
183 de 194 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está bien, es interesante, Huston era un tipo increíble y con cualquier historieta te hacía una película como muy poco, bastante atractiva e incluso hizo obras maestras siguiendo pautas puramente intuitivas tras aceptar un encargo desesperado porque como casi siempre, andaba falto de dinero o ávido de correrse una aventura diferente.

Pero esta vez, el periplo decadente de sus protagonistas cuenta una historia oculta que conmueve más que la película:

Marilyn Monroe (1926-1962) vivía una de sus peores crisis. Por entonces ya poseía una belleza crepuscular que la hacía mucho más atractiva sexualmente que antes, además de contar con un talento actoral ya muy destacado, pero vivía dando tumbos emocionales que la persiguieron toda la vida y en esta época de su comienzo de madurez física, mucho más. Estaba casada con el dramaturgo de fama internacional Arthur Miller (1915-2005), bastantes años mayor que ella. Era el guionista de esta película. Había problemas con el guión y, sobre todo, con Marilyn, de manera que John Huston le pidió que asistiera al rodaje y supervisara y corrigiera. Pasaban noches muy duras de reescritura y atención psicológica de Marilyn, quien moriría un año después por exceso de barbitúricos.

Clark Gable era el buen padrazo protector, pero a sus 59 estaba muy cascado. La muerte de su adorada primera esposa, Carole Lombard, le marcó los últimos veinte años de vida. Era una relación muy apasionada que sólo duró desde 1939 a 1942, año en que ella murió en un accidente de avión. Gable se casó dos o tres veces después y murió del corazón antes de que esta película se estrenara.

Montgomery Clift sí haría tres películas más, y de las buenas, pero moriría en 1966 con 46 años, tras un complicad cocktail de alcohol y drogas. Siempre se dijo que era alguien de muy buen corazón, atormentado por su tendencia homosexual; fue un protegido de Elizabeth Taylor quien a menudo le sacó de apuros de todo tipo.

Esta es la despedida de tres actores de muy diferente estilo que tras el drama de solitarios del argumento padecían dramas personales muy profundos y tortuoso que acabaron a temprana edad con su vida.

Por todo esto Vidas rebeldes es mucho más que una película: un testamento muy peculiar en el que cada vez que la veo me parece que estas tres personas entrañables que me hicieron pasar tan buenos momentos a lo largo de mi vida, vuelve para hablarme a mí, su querido espectador e intentan decirme algo más, en secreto, algo inconfesable, algo poderosamente interesante que se llevaron a la tumba.
horacio
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